Se nos hace agua la boca solo al escribir este tema. Es que el encebollado es uno de los manjares irresistibles de nuestro país. Por una variedad de razones. Es una de las diez mejores sopas de mar del planeta. Es la cura del chuchaqui (o resaca). Y es el desayuno infalible de los ecuatorianos.

Las opciones para disfrutar este platillo son diversas: para todos los bolsillos y direcciones, como nos comparten los lectores de Diario EL UNIVERSO. ¡Encuéntralos aquí!

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El Pez Volador

“El mejor encebollado de Guayaquil está en El Pez Volador, ubicado en Luque y José Mascote”, dice Marlon Salazar, habitante del sur de la ciudad. “La señora Angélica Cujilán lo prepara con la misma sazón de siempre, y desde hace más de diez años disfruto este plato en un sitio que mantiene su tradición desde 1983”.

Con él está de acuerdo Raúl Rennella. “Ya es tradición del centro por varios años y es un sabor que no es intenso y se puede degustar. Y la señora dueña del local me cae bien también”.

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No lo dicen solo nuestros lectores. Es la misma hueca que visitó Anthony Bourdain en sus expediciones culinarias televisadas (No reservations): Después de alabar el potente caldo sentenció: “¿A quién no le gustaría este plato?"

La Casa del Encebollado

¿Qué pasa si no está en condiciones de ir al centro? Raúl señala que en esos casos es una buena opción La Casa del Encebollado, “que tiene varios puestos”. En efecto, además de entregar a domicilio, esta marisquería tiene locales en Pichincha y Aguirre, San Antonio, La Joya (Plaza Orlando, Plaza Tía), Alborada etapas 1, 7 y 8, Palmora Plaza, Costalmar Shopping, Plaza Castillo, Vizcaya Plaza y Plaza Ceibos. Además, no importa si el antojo llega entre semana, pues atienden de lunes a domingo.

Cuarto de Libra

Esta es una marca consolidada en Guayaquil con varios puntos de venta y grata acogida. Para Iris Saltos, su éxito se debe a sus diferentes presentaciones del encebollado, incluyendo opciones mixtas con camarones, cebiche de pescado encurtido o incluso un “supremo” con una porción aún mayor de pescado (150 gramos). “Esto permite a los clientes elegir según su gusto y apetito”. En La Alborada 11, en la av. Isidro Ayora Cueva (Albonor), en Miraflores (av. Dr. Adolfo Alvear Ordóñez), Guayacanes y vía a Salitre (Milann Plaza).

El Solitario George

El encebollado del Solitario George tiene sus defensores. Javier Zambrano opina que es el mejor porque “tiene un caldo más espeso, con mejor sabor”. Mientras que Aarón Cárdenas, que vive en el centro, asegura que “por sabor y precio”, el Solitario es el indicado. En Venezuela y 6 de Marzo.

El Manaba de Portete

“Para nosotros el mejor encebollado de Guayaquil es El Manaba (José Mascote y Portete)”, opina Braulio Jácome, quien reside en el norte. “El Manaba da mucho más pescado y es más rico. Y cuando no se puede viajar hasta el sur, está El Colorado de la Bahía (calle Pedro Carbo, frente a Bahía Mall, pero también está en Urdesa y en La Garzota). “Siempre me guío por la calidad”.

El Colorado

Eduardo Palacios está de acuerdo con esa opinión. “Cualquier local de El Colorado de la Bahía. ¿Los argumentos? “No usan ají peruano, las porciones de pescado son más grandes y tienen buena sazón”, enumera. En la Garzota (av. Agustín Freire Icaza 15), en Urdesa (av. Pdte. Juan de Dios Martínez Mera) y por supuesto, en la Bahía (al frente de Bahía Mall), en el centro (Lorenzo de Garaicoa), en la Vía a Salitre y en La Joya.

Japi Fish

Eduardo también desea darle una “mención honorífica” a Japi Fish, que atiende en Piazza Ceibos, Urdesa (V. E. Estrada entre Ficus y Guayacanes, P. Icaza y Córdova (zona bancaria), el barrio Centenario (El Oro y Argüelles) y en Samborondón (edificio Diana Quintana y Samborondón Plaza.

El Buen Sabor

“No importa cuando vayas, sea domingo o lunes, no pierden su consistencia. Tiene una sazón natural, que no está sobrecargada o se siente artificial”, defiende Jorge sobre su lugar favorito para comer encebollado, justamente atrás del centro comercial Citymall (sobre la calle Pedro J. Valverde Álvarez). También en Mucho Lote 2 (Paraíso del Río 2).

El Divino Encebollado

Uno de los favoritos del actor Andrés Crespo, donde se puede comer encebollado “con aire acondicionado”. El usuario de Instagram @a_andygenhis corrobora el sabor. “Es bueno, nada que hacer”. Aunque no cuesta lo mismo que el encebollado de barrio, “vale la pena cada dólar”. En Urdesa (Víctor Emilio Estrada y Las Monjas) y La Joya, Piazza Villa del Rey.

Picantería Cordero

En Calicuchima y Chimborazo, cerca del Polideportivo Huancavilca. Tal es su acogida que su propietario Agustín Cordero asegura que hasta las personalidades de la farándula ecuatoriana se han dejado cautivar por su sazón familiar.

Picantería Valdano

Una tradición de más de 45 años que sigue encantando a nuevas generaciones, con su receta clásica y la combinada, que incluye camarones. “Tiene el toque, no es aguado como otros, es espesito, con cebolla pero no en rodajas grandes”, garantiza Karina Hinostroza, además, dice “la atención es excelente, atiende el dueño con sus hijos”. En Boyacá entre Padre Solano y Alejo Lascano.

Don Juan

Don Juan

Para Carlos Villón, esta tradicional picantería guayaquileña domina a la perfección “la proporción de pescado y yuca”. Además, complementa, el sabor del caldo “es insuperable”. En av. del Ejército 1026 y Clemente Ballén.

Picantería 3 Hermanos

Para quienes viven en el sector de La Aurora, Mariela Espinoza (que disfruta también de Japi Fish), recomienda una buena picantería de barrio: 3 Hermanos. Pero hay que madrugar. “A las 10:00 ya no hay nada”, advierte a quienes quieran acercarse a probar. Está a un par de cuadras de Avalon Plaza (calles 17 de Octubre y Enrique Gil Gilbert).

Encebollado de la 4 de Noviembre

“El mejor que yo he probado”, dice Juan José Avilés de este grupo de locales ubicados en las calles 4 de Noviembre y Los Ríos, entre el que se destaca el llamado Niño Ronald. “Contexto: está siempre abierto y eso es lo importante. Pero debo decir que en cualquier lugar de Sauces está la mejor zona del encebollado. A veces son locales que no tienen nombre”. Lo atribuye a la cantidad de manabitas que viven en ese sector. (E)