El pasado 12 de agosto, el Gobierno lanzó el proyecto Teatro del barrio con una asignación de $ 1,2 millones para fondos concursables del Instituto de Fomento para la Creatividad e Innovación (IFCI). El objetivo, reactivar y fomentar la actividad cultural desde la comunidad.

Varios artistas del quehacer cultural dan sus opiniones sobre este proyecto, cuyas bases están disponibles en la página www.servicioscreatividad.gob.ec.

María de Lourdes Falconí, dramaturga y directora de Arcano artes escénicas

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“Las artes escénicas es uno de los sectores más afectados a consecuencia de la pandemia por su condición de precariedad laboral, evidenciando su vulnerabilidad en situación de crisis, como la que atravesamos desde marzo del 2020. El Gobierno hace una propuesta para paliar, en alguna medida, el azote. En este sentido, sin embargo, la línea de fomento Teatro del barrio podría ser una compresa fría para un paciente que arde en fiebre, sin llegar a ser una cura porque la patología es sistémica”.

“A diferencia de otras líneas de fondos concursables, en este proyecto aparece la figura del aliado estratégico, persona jurídica pública o privada, quien contactaría a los artistas y gestores culturales comunitarios, y sería el único encargado del proceso de postulación. No me queda claro por qué el proceso deba estar mediado por un aliado estratégico, en lugar de ser los gestores culturales y artistas escénicos quienes accedan directamente a la línea de fomento. En el documento Bases Técnicas del Proceso de Selección se indica que podrán postular procesos comunitarios que iniciaron hace al menos tres años, lo cual acorta y reduce aún más el acceso a este fondo”.

“Con relación al proyecto Teatro del barrio me surgen interrogantes… ¿Por qué se llama Teatro del barrio? ¿Qué significa para el proyecto el concepto de barrio? Si es barrial, ¿por qué se necesita de un aliado estratégico (término muy comercial)? ¿Un millón doscientos mil dólares alcanzan para cubrir este tipo de procesos en 24 provincias? ¿Cinco mil dólares (mínimo por proyecto) es suficiente para que sea sostenible en el tiempo? ¿Este es el inicio de un plan mayor para el sector? Si hay un aliado estratégico que gestiona el proceso, ¿cuál es la función del gestor cultural? ¿Por qué los aliados estratégicos tienen que buscar a los actores/gestores para el proyecto comunitario y no al revés? ¿Por qué solo los aliados estratégicos (personas jurídicas) tendrán acceso a los formatos? ¿Hay algún censo que determine quiénes son los aliados estratégicos, actores y gestores culturales en Ecuador? ¿Cuáles son esos proyectos comunitarios que se venían dando y que se cortaron por el COVID-19?”.

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Teatro del Barrio: un proyecto que debe ser estudiado desde varias aristas; gestores y artistas dan su punto de vista

“El teatro mide el pulso de una sociedad y es mucho más que entretenimiento, es la manifestación viva de lo humano. Para que el teatro y las artes escénicas en general sean actividades y profesiones económicamente sostenibles en el tiempo, más que medidas apagafuegos, precisamos de políticas de Estado orientadas a la educación en artes desde la escuela, pues es allí donde se entra en contacto con la experiencia, se aprende y valora la expresión artística; desde la escuela se gestarán tanto los futuros actores y creadores como los futuros públicos, porque los gustos y preferencias éticas y estéticas se cultivan también desde los primeros años de vida, en la escolaridad. Más que un Teatro del barrio, lo que el país necesita es un Teatro en la escuela. Solo así podremos hablar de formación integral, con una ciudadanía que desarrolle sensibilidad y comprenda los diversos lenguajes para lograr la comunicación, que es el fin último”.

“La contraparte del teatro son los públicos; dicho de otro modo, sin público no hay teatro. Por eso es fundamental que se hagan cambios estructurales orientados a la formación temprana”.

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Marlon Pantaleón, actor y director ejecutivo de Estudio Paulsen

“Me parece como iniciativa que es positiva, tomando en cuenta lo que ha pasado, lo que estamos viviendo con la pandemia mundial, actual e histórica y que en realidad uno de los rubros de las industrias o de las áreas más afectadas ha sido el área del entretenimiento y el propio presidente lo ha dicho y lo ha confirmado y ha podido constatar que durante el encierro mucho de nosotros pudimos llevar adelante nuestros problemas, gracias al cine, al teatro, gracias a un concierto por la virtualidad”.

“Entonces, como para subrayar, como una iniciativa del Gobierno actual, como una iniciativa positiva, fijando la atención en el hacer de los gestores culturales, de las fundaciones artísticas culturales sin fines de lucro, de las instituciones que se han dedicado a esto por mucho tiempo, es positivo. Ahora ver cómo camina el tiempo de ejecución y todo ese tipo de detalles ya es otro tema, aplicar a las bases que nos han dado es otro caminar... Debe de ponérselo como una agenda importante, agenda cultural artística del país, no solamente por la pandemia sino a nivel prioritario, a nivel general”.

Marcelo Gálvez, actor, dramaturgo

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Desde su experiencia para postular, el actor Marcelo Gálvez cuenta que no ha conseguido dar con los requerimientos de la clave de acceso para tener cuenta dentro de ese fondo. “Es una cosa sumamente complicada, sobre todo para quienes no estamos acostumbrados a manejarnos con este tipo de cosas... $ 1,2 millones divididos entre 150 proyectos en 24 provincias es nada y ya desde hace tiempo que se ferian presupuestos de $ 80 millones y se quedan todos en Pichincha, esa es la única experiencia que yo tengo”, dice.

“En realidad no pude acceder, le confieso, a la postulación porque no tengo cuenta y los requisitos para acceder a la cuenta son totalmente absurdos porque me ponen el número de caracteres, el número de símbolos y cumplo con eso, igual me rechazan, me rechaza la inscripción, entonces yo no sé si es que eso es por la parte del régimen de selección que tienen ellos para sus postulantes o si es torpeza mía, pero en todo caso, le juro que yo por la miseria que están entregando, que eso no reactiva a nadie, va a tocar 50.000 dólares a cada provincia si es que reparten equitativamente entre todos los que nos llamamos artistas en el Ecuador en las 24 provincias; aun si así fuera es insuficiente, las trabas que ponen para que uno acceda a eso ministerialmente son desestimulantes...”.

El Teatro en el barrio será el proyecto estrella, pero también haremos un inventario del patrimonio, que ahora solo está en Excel, dice la ministra de Cultura de Ecuador

“Yo tengo más de ocho años trabajando en la ley orgánica y cada vez hay más engaños, el seguro para los artistas es una estafa, que es como el seguro campesino, pero con un gravamen para los artistas por proyecto y por ingreso, y aparte de eso nos ha engañado la ley, solamente servimos para pretexto para que los burócratas cobren sus partidas y los fondos reales que tendrían que llegar a nosotros cada vez más están lejos... y obviamente eso no nos deja más que la autogestión pura, de seguir trabajando por nuestra cuenta, trabajando directamente con el público o con pequeños auspiciantes particulares...”.

Jorge Parra, director de Zona Escena y director del festival Fragmento de Junio

“Me preocupa que (la) oferta de campaña no se prevé en esta propuesta de convocatoria, que si bien existan fondos públicos es ya positivo, reconocer los proyectos y que ese reconocimiento sea ayudar a impulsar lo que existe, pero veo que la propuesta raya una vez más en el populismo sin sustento válido”.

Parra se refiere a unas declaraciones del presidente Guillermo Lasso durante la campaña electoral en las que se refirió al Teatro del barrio. “Como presidente quiero ser el creador del Teatro del barrio. En cada barrio haya un teatro, que sea de propiedad de los artistas, que haya cero impuestos, cero impuestos, para que se llene de gente que compre boletos, que les permita tener ingresos a ustedes, que vivan mejor, que vivan mucho mejor de lo que viven ahora, que sus hijos disfruten de la prosperidad de ustedes”, dijo Lasso en ese entonces.

“No se parece en nada a la propuesta ahora, es como haberla disminuido a una cuestión nada que ver, entonces me preocupa mucho que cuando uno piense en Teatro del barrio, piensa, bueno existen pocas salas en la ciudad que vale pensar en que esas salas independientes comiencen a ser operativas, a ser funcionales, a que no se cierren más teatros, pero luego generar un proyecto de Teatro de barrio con un presupuesto tan limitado para 24 provincias, a mí me parece que, bueno, hay que aplicar, son fondos públicos y tenemos el derecho, pero no significa que eso realmente sea cumplir una promesa de campaña, dándole nombre de Teatro del barrio a un proyecto que se suponía era crear salas en los barrios... Entonces yo veo que el asunto va transformándose en un comodín económico de poca inversión y de realmente disminuir su oferta, dejando el mismo título, pero sin que realmente se cumpla una promesa original que era por otro lado; yo creo que ahí hay que entrar en una discusión distinta”. (I)