Con un enfoque curatorial audaz y una convocatoria que atrajo propuestas de todo el país, la tarde de este jueves 24 de julio el Salón de Julio inauguró oficialmente su edición número 64 en el Museo Municipal de Guayaquil, consolidándose una vez más como uno de los eventos artísticos más importantes del calendario cultural ecuatoriano.

Bajo la dirección de Jorge Aycart Larrea, esta edición adoptó el lema “Escrutar lo pictórico hacia una abertura incansable”, una frase que sintetiza el espíritu de la muestra: romper con los moldes clásicos del arte, abrir el espectro hacia formas más híbridas, experimentales y conceptuales e invitar a repensar la pintura como un medio expandido, abierto a tensiones entre materia, forma e imagen.

Se inauguró el Salón de Julio 2025 con una edición que desafía los bordes de la pintura tradicional. Foto: Ronald cedeño

Este año la convocatoria recibió un total de 258 propuestas pictóricas enviadas por artistas de todo el país. El jurado de selección, compuesto por Armando Busquets, Leandro Pesantes y Mónica Espinel, preseleccionó 28 obras. De estas, 25 fueron finalmente elegidas para integrar la exposición oficial del Salón.

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En cuanto al jurado de premiación, integrado por Juliana Steiner, Arturo Duclos y Enrique Báster, deliberó los días 21 y 22 de julio en el museo para elegir a dos ganadores por las dos categorías (trayectoria y emergentes) y tres menciones de honores.

En la categoría de trayectoria, quien se llevó el primer lugar y $ 15.000 a casa fue Xavier Coronel con su obra titulada When the sun hits your face I am your shadow (Nosferatu Bottom).

Xavier Coronel, ganador del primer lugar de la categoría Trayectoria junto a su pieza. Foto: Ronald cedeño

“No me lo esperaba para nada, estoy muy sorprendido. Mi pieza parte de una exposición con fotografías blanco y negro subexpuestas donde la luz del sol se percibe como si fuera una noche artificial, entonces yo creo un paisaje basado en eso. Tiene muchas capas, fueron como tre meses de estar iluminando y oscureciendo la pintura en una tela cruda. Yo hablo de la idea del deseo zombie, un deseo reanimado que aparece como un cuerpo que busca acechar”, explica sobre su obra que subvierta el canon pictórico desde lo queer y lo barroco, siendo una pintura líquida, atmosférica, cargada de tensiones entre lo clásico y lo contemporáneo.

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El segundo lugar se lo llevó, Roberto Noboa, quien se hizo acreedor a $ 10.000 con su obra Juegos de la noche, una pintura procesual de lenguaje maduro y simbólico con imaginario propio.

“Mi primera participación en un Salón de Julio fue en 1993. Tenía 23 años en ese momento y gané una mención de honor. De ahí al 2025 he participado unas cuatro veces, pero esta es mi primer vez ganando. Estoy muy contento, es una obra que he trabajado antes de saber qué iba a participar. Esta pintura reúne los temas de fantasía e infancia, que para mí siempre han sido muy importantes”, detalla Noboa.

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Obra 'Juegos de la Noche' de Roberto Noboa. Foto: Ronald cedeño

Pasando a la categoría de artistas emergentes, Charlotte Förster fue quien se alzó en el primer puesto con su obra expandida que fusiona encáustica con espacialidad contemporánea titulada Y con un huerto de verduras, ganando $ 3.000.

“Mi obra dialoga con la memoria. Lo que vez en mi pieza, que es tridimensional, es un cubo que está cubierto de cera de abeja y el plano de la casa que mi padre, quien falleció hace varios años, tenía en sus sueños para la familia y por eso el nombre que le doy. Con esta trato de darle un cuerpo a esto que solamente es un deseo y algo que puede vivir únicamente en esa fragilidad. Pienso que era lo suficientemente intenso en en mí para querer protegerlo, porque, como sabes, la cera de abeja es un material que perdura en el tiempo”, confiesa sobre su instalación.

Pieza de la artista Charlotte Förster. Foto: Ronald cedeño

El segundo premio (de $ 2.000) lo obtuvo César Sánchez, con su pieza Amígdala-armonía, una pintura onírica y desconcertante que evoca modernismo y nostalgia desde lo doméstico y lo fantástico.

Obra 'Amígdala-Armonía' de César Sánchez. Foto: El Universo

Finalmente, las menciones de honor se las llevaron Jorge Morocho con Candelabra, Xavier Patiño Balda con El lugar de los afectos y Ruslán Torres con ECRO-Diagramas: Campos de fuerza y espacio vital.

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El Salón de Julio es un evento que tras más de seis décadas se mantiene como un testimonio del compromiso de la ciudad con el arte y la cultura. Desde sus inicios, se ha convertido en un archivo vivo de las prácticas pictóricas que han dado forma al arte moderno y contemporáneo del país.

Ganadores del Salón de Julio 2025: César Sánchez, Charlotte Förster, Roberto Noboa y Xavier Coronel. Foto: Ronald cedeño

Siendo un espacio donde la pintura no solo se exhibe, sino que se transforma en un lenguaje inquietante que desafía y reconfigura ideas, esta nueva edición se asume como un medio que escruta la memoria, desdibuja certezas y se atreve a reinventar sus propias formas.

Este espacio estará abierto hasta el 25 de septiembre de martes a sábado desde las 09:30. (E)

Obra 'Candelabra' de Jorge Morocho. Foto: Ronald cedeño
Obra 'El Lugar de los afectos' de Xavier Patiño Balda. Foto: Ronald cedeño
Obra 'ECRO-Diagramas: Campos de fuerza y espacio vital' de Ruslán Torres. Foto: Ronald cedeño