Hubo un momento en la vida del actor y director Santiago Roldós que junto a su esposa, Pilar Aranda, se preguntaron: ¿qué hacer para que nuestro hijo mantenga una relación con sus abuelos paternos? Esa respuesta llegó tiempo después con una serie de actividades, performances, proyectos y más que buscaron rescatar la memoria y edificar la justicia para el expresidente Jaime Roldós Aguilera y su esposa, Martha Bucaram, quienes hoy cumplen 42 años de fallecidos.

El legado de Jaime Roldós Aguilera, descrito en las decisiones clave de su mandato

Para Roldós, quien se despidió de sus padres cuando apenas era un niño, se trata de unas muertes “jamás aclaradas”. Fue el 24 de mayo de 1981 cuando Roldós, la primera dama y su comitiva presidencial se trasladaban a Zapotillo para ofrecer un segundo homenaje en memoria de los héroes de la batalla del Pichincha.

Los tripulantes nunca llegaron al cantón lojano, el recién adquirido avión presidencial, el Beechcraft Super King 200, se estrelló contra el cerro de Huayrapungo, segando la vida de todos ellos (incluida la comitiva presidencial). Un hecho que conmocionó al país y que se heredó como una deuda pendiente y hasta como una leyenda que se repasa a las nuevas generaciones.

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Imagen tomada del catálogo del Museo por venir.

Cuarenta años después, este viaje a Zapotillo se ‘concretó’. Dos de sus hijos, junto a un equipo, viajaron hasta el lugar y tuvieron contacto con esta comunidad para conocer sus percepciones, sentidos y lo que representa para ellos la imagen y memoria de sus padres. “Descubrimos que Jaime Roldós para los zapotillanos es el presidente eterno... La sensación era que Zapotillo por fin recibía a mi mamá y mi papá, a través de nosotros”, expresa Roldós en una entrevista para EL UNIVERSO.

¿Qué será para un pueblo ver a los hijos de su presidente llegar 40 años tarde? Esta hipótesis fue disuelta en un documental sonoro denominado Por las geografías de la catástrofe del 24 de mayo de 1981, que fue lanzado ayer en espacio Muégano Teatro y que ya está disponible en Spotify en el canal de Limbo Radioteatro.

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El documental fue hecho por Muégano Teatro y Museo por venir, luego de un viaje por seis días por Zapotillo, Celica, Huayrapungo y Saraguro de Gera. “Subimos al cerro, al lugar en donde el avión de mi madre y de mi padre terminó estrellándose y también fuimos a una comunidad indígena en Saraguro”, cuenta Roldós.

“Pensamos que era interesante hacer este recorrido por los lugares... el documental La muerte de Jaime Roldós (2013) fue una primera pieza que reunió muchos relatos que siempre habían estado separados y permitió contextualizar las circunstancias de la muerte”, explica.

Imagen tomada del catálogo del Museo por venir.

Este viaje les permitió descubrir el afecto y la gratitud que los habitantes siguen guardando hacia el gobierno de Roldós. “Fue muy conmovedor la generosidad, el amor de los habitantes de Zapotillo y donde además Jaime Roldós preside la Plaza Pública”, menciona el artista, quien recuerda que en Celica fueron recibidos con una obra de teatro, representada por niños, con el último discurso que Jaime Roldós declaró en el estadio Olímpico Atahualpa.

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Este acercamiento con la comunidad se convirtió en un documental de 54 minutos y 56 segundos que hace una memoria reflexiva por las zonas antes mencionadas: por el cantón Celica y el cerro Huayrapungo, donde estalló la avioneta que los movilizaba; y la comunidad Saraguro de Gera, “uno de los tantos sitios donde germinaron”.

Imagen tomada del catálogo del Museo por venir.

Lo describen como “un ejercicio en escena y política expandidas y justicia poética, en un país donde la justicia no existe y por ende hay que ensayarla”.

De este trabajo de campo se llevó algunas percepciones. En Celica, por ejemplo, hicieron un ‘cordel de la memoria’, en la que los habitantes podían escribir algún texto sobre estas pérdidas humanas. “En Celica descubrimos que el miedo sigue habitando en sus pobladores... la gente nos dijo muchísimas cosas, gente que subió a la montaña el día 24 de mayo de 1981, medio pueblo de Celica fue a Huayrapungo a ver lo que había ocurrido, todos esos recuerdos no llegaban al papel porque la gente tiene miedo, un miedo muy fuerte, muy poderoso”, afirma Roldós.

“Mucha gente nos contó muchas cosas de lo que ocurrió, pero nos pedía que no la grabáramos”, añade.

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Imagen tomada del catálogo del Museo por venir.

Esta visita no solo les permitió conocer las sensaciones de estos pueblos, también se encontraron con sus necesidades, tradiciones, y realidades. “Estos pueblos se nutren poderosamente de su propia cultura, de su teatro”, señala, mientras recuerda el acto de curación colectiva que les hicieron.

“La realidad de esos lugares no tiene nada que ver con lo que se discute en la política oficial en el Ecuador; la realidad de estos pueblos no es noticia, no aparece en ningún lugar”, detalla Roldós.

Imagen tomada del catálogo del Museo por venir.

Por las geografías de la catástrofe del 24 de mayo de 1981 viene acompañado de un catálogo que reúne fotos, artículos y hasta memes que complementan la narrativa. Este documento está disponible en las redes oficiales de Muégano Teatro.

Nota: El Museo Por Venir y el Museo Por Venir Itinerante fueron producidos gracias a Iberescena, el Vicerrectorado de Posgrados e Investigación de la Universidad de las Artes del Ecuador, artistas de diversas disciplinas y otras comunidades de amigos. (I)