“Vamos a escuchar lo mismo que escuchamos en una película”, anticipó el maestro Dante Santiago Anzolini antes de tomar su batuta para dirigir la primera pieza de la noche. Enseguida, una lona que proyectaba la portada de una de las sagas más famosas del cine se conjugó con las primeras notas que entonaba la Orquesta Sinfónica de Guayaquil. Fue entonces cuando la magia de Harry Potter invadió la sala principal del Teatro Centro Cívico, para dar comienzo a un concierto que trasladó a sus más de mil espectadores a su película o anime favorito.