La «Ortografía de la lengua española» (OLE, 2010) indica que cuando la secuencia de letras que configuran la sigla «presenta una estructura no pronunciable como palabra, se recurre en su lectura al deletreo de los grafemas que la componen, lo que constituye uno de los rasgos más característicos de las siglas prototípicas: FBI, GPS, ONG, que se leen, respectivamente, [éfe-bé-í], [jé-pé-ése] y [ó-éne-jé]».