En lo que a la música nacional refiere, hablar de Alex Alvear (@alexalvearmusic) son palabras mayores y altas expectativas que rara vez suelen decepcionar. En esta nueva entrega, el músico y compositor ecuatoriano trae Amor Peregrino, un álbum que llega luego de algunos años de espera, ya que en en el transcurso, Alvear formó parte de agrupaciones como Frailejones y Wañukta Tonic; sin embargo, nunca dejó de esculpir esta nueva obra maestra.

Disponible en plataformas digitales desde el pasado jueves, conformado por doce canciones y una duración aproximada de cincuenta y seis minutos, Amor Peregrino nos remonta a las raíces; música andina, pasillos, guitarras acústicas y melodías que rememoran los más de cuarenta años de trayectoria de su intérprete, pero que a su vez suenan más modernos y contemporáneos que nunca, en un momento en que el sentido de pertenencia es algo que parece extinto en nuestro país.

Es un pasaje sonoro que envuelve al oyente y lo invita a sentir. La emotividad de canciones como Ma (donde colabora con InConcerto), en agradecimiento a su madre, hacen que desde el inicio se sienta la conexión con el artista. Luego hay intervalos instrumentales como Samay (en compañía de Curi Cachimuel) y Suki (junto a Antonio Arnedo), que no necesitan de letra para palpar cariño y calidez. Como su propio título indica, el amor está presente de manera inevitable.

En lo que a producción y composición respecta, la música del maestro Alex Alvear va más allá de tener un buen sonido, sino que presenta una identidad característica inconfundible. Profundidad y espacio son algunas de sus cualidades, mismas que se suman a secciones de cuerdas que lideran, apoyándose en sólidas bases rítmicas que pese a su temple, no dejan de divertirse con arreglos y cambios progresivos.

En un 2025 en el que ha pasado mucho en Ecuador en todos los aspectos, Amor Peregrino es un regalo que no sabíamos que necesitábamos y debe ser valorado como tal. (O)