Hay una vieja metáfora que relaciona a la guitarra como la espada de un guerrero; lo ayuda a defenderse de todo a su alrededor. En este caso, el artista ecuatoriano Erick Mujica (@erickmujica) ha decidido emprender un camino por completo en solitario, con la compañía de su guitarra y un bombo que transmita sus latidos.

Luego de más de tres años de haber residido en Buenos Aires, se encuentra nuevamente en nuestro país.

Disponible en plataformas digitales desde el pasado miércoles, compuesto por cinco canciones y una duración aproximada de 21 minutos, llega Crudo, un EP que busca sintonizar con la honestidad y la sinceridad de un Mujica que no ha dejado el rock, pero sí los ensambles estruendosos y los riffs distorsionados, reemplazándolos con el minimalismo acústico y el ambiente cálido que proyecta.

Que la guitarra acústica y la voz sean protagonistas en este nuevo trabajo de estudio no significa que la efervescencia haya disminuido, pues a lo largo de las canciones se va dando un envión de rock que no podía evitar la distorsión.

Este nuevo sonido que propone el artista empieza a marcar un punto de inflexión en su trayectoria. No hay una banda detrás, solo la raíz del cantautor que escudriña entre sus sentimientos y los manifiesta de forma directa.

En términos de producción, se destaca la sobriedad de la mezcla; cada elemento tiene un espacio claro y la voz guarda la distancia necesaria entre sí.

Crudo cumple con su título, se puede escuchar a un artista en su faceta más primitiva e inicial, en una manera en la que seguramente nacen las canciones, decidiendo quedarse así, sin muchos matices. Los lujos quedaron a un lado, la vanguardia ha decidido tomar la delantera en la identidad de Erick Mujica. (O)