El verbo bajonear surgió de bajón (decaimiento) más el sufijo -ear. Consta en el diccionario académico con el sentido de ‘producir desánimo o depresión a una persona’. Dependiendo del contexto y de la región, puede intercambiarse con desanimar, desalentar, entristecer, abatir, derrumbar, afligir, desconsolar, achorcholarse, apajuilarse, etc.

En esta obra no tiene la marca de verbo vulgar. Tan solo se indica que se emplea en el lenguaje coloquial de Argentina, Chile y Uruguay. Pero este registro no se ha quedado en esos territorios, sino que se ha extendido a otros países sudamericanos, entre ellos Ecuador, Colombia y Perú.

Bajonear es verbo transitivo y también pronominal; por lo tanto, la acción que transmite afecta a otra persona; pero asimismo es factible que se refleje en el propio sujeto. Uso transitivo: «Con tu actitud cobarde bajoneas a todo el equipo»; «Aquel desliz de Aura bajoneó a su esposo». Uso pronominal (se construye con pronombres reflexivos, como me, te, se): «Me bajoneo cuando veo las noticias de crónica roja»; «No se bajoneen por las noticias».

Bajonear también suele emplearse con el sentido de ‘ingerir alimentos después de un carrete (actividad social nocturna)’. Según el Diccionario de americanismos, el sustantivo carrete pertenece al lenguaje juvenil de Chile.

Recordemos que bajonear se usa con el sentido de ‘producir desánimo’. Puede tener uso transitivo o pronominal. No está catalogado como verbo vulgar, sino coloquial; por lo tanto, se emplea en diálogos informales, espontáneos, familiares o distendidos. (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española, Diccionario de americanismos y Diccionario del estudiante (versiones electrónicas), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.