La colaboración entre Yorgos Lanthimos y Emma Stone se ha convertido en una de las asociaciones más fértiles del cine contemporáneo. Juntos han transitado una gresca real en The favourite, una fábula feminista en Poor things, un tríptico lúgubre en Kinds of kindness e incluso en el corto experimental Bleat (2022).
Ahora, el cineasta griego y su actriz predilecta regresan con Bugonia, una obra misántropa, divertida y extraña.
En esta nueva entrega, Stone interpreta a Michelle Fuller, una directora ejecutiva que es secuestrada por dos conspiranoicos, Teddy y Don (interpretados por Jesse Plemons y Aidan Delbis), quienes están convencidos de que la mujer es una extraterrestre enviada desde el planeta Andrómeda para destruir a la humanidad y, sobre todo, matar a las abejas.
Publicidad
Ambos hombres, solitarios y absorbidos por horas de navegación en internet, elaboran un plan disparatado: secuestrarla, raparle la cabeza y encerrarla en su sótano.
La escena del rapado se filmó sin trucos, con Stone afeitándose realmente frente a cámara. “Raparse la cabeza es el corte de pelo más fácil del mundo: simplemente agarras la maquinilla y te vas”, bromeó.
La mayor parte de la película, que es un remake del thriller surcoreano ¡Save the green planet! (2003), se rodó en el Reino Unido, a poca distancia de Londres, con algunos rodajes exteriores en Georgia. Sin embargo, desarrolla gran parte de su trama en un solo escenario: la casa de Teddy y Don.
Publicidad
Y es que el impulso de Bugonia nació de forma inmediata: Lanthimos terminó el guion y se lo envió de inmediato a su musa. “Lo leí ese mismo día y dijimos: ‘Hagámoslo’”, recordó la actriz. Para ella fue una novedad entrar en un proyecto del director sin pasar por años de desarrollo.
Stone destaca que la cinta es ambigua y capaz de ofrecer múltiples interpretaciones. Para ella, lo interesante es que tanto Michelle como Teddy pueden ser villanos y a la vez fuerzas para el bien: “Es muy esperanzador o devastador. Ambas cosas pueden ser ciertas”. Espera que el filme invite a debatir sobre creencias, intensidad emocional y la dificultad de aceptar otras perspectivas.
Publicidad
En esta película, además, Stone profundiza la dimensión física que ha explorado junto con Lanthimos. Se entrenó para escenas de lucha, aunque recurrió a una doble de riesgo para algunas secuencias complejas. “Gran parte de mi relación con el cuerpo, al menos en las películas de Yorgos, gira en torno al reto de convertir constantemente una emoción interna en algo físico y externo”, explicó. Ambos comparten una conexión ligada al movimiento: “A Yorgos le encanta bailar, y a mí también”.
Stone no oculta su admiración por el director, recordando que lo conoció hace una década durante un almuerzo para hablar de The favourite. Lo que más le sorprendió fue su calidez, su facilidad para conversar y el contraste entre su personalidad y el extremismo que muchos proyectan en su cine. Su alianza profesional se consolidó desde ese primer rodaje y, con Bugonia, alcanza una nueva forma: más física, más absurda y, a la vez, más íntima. (E)









