Tomar un papel secundario y desarrollarlo con tanto talento hasta elevarlo al nivel protagónico. Eso precisamente hizo Chadwick Boseman con su lucida participación en La madre del blues, por la cual fue nominado como mejor actor en la entrega 93 del Óscar, cumplida el domingo 25 de abril.
De haberlo obtenido, el estadounidense de 43 años se habría convertido en el tercer ganador de un Óscar póstumo (Peter Finch lo recibió en 1977 por Network y Heath Leadger en el 2009 por su Guasón de The Dark Night), lo cual habría sido un merecido homenaje a la memoria de este artista fallecido el 28 de agosto debido a un cáncer de colon.
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Boseman conocía de su enfermedad desde el 2016, pero decidió mantenerlo en secreto dentro de una industria que lo vio brillar en películas como 42 (2013), Get on Up (2014, en la cual interpretó al músico James Brown), Marshall (2016), Da 5 Bloods (2020), entre otras. Sin embargo, la cultura pop lo recuerda mayormente como el rey T’Challa/Pantera Negra de las películas de Marvel Capitán América: Civil War (2016), Pantera Negra (2018), Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019), que grabó en esas condiciones.
La fortaleza emocional y física de Chadwick lo mantuvieron entusiasta para pensar en proyectos futuros que consideraba que alcanzaría a realizar, destacándose la segunda parte de Black Panther, cuyo título tentativo (Pantera Negra: Para siempre) también parece un homenaje al actor.
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La madre del blues fue su última producción, la cual permite admirar su recordado talento histriónico. Chadwick, quien ya luce algo bajo de peso, interpreta al trompetista Levee, quien sueña con convertirse en una celebridad. Pero que ahora debe conformarse con integrar el cuarteto que acompaña a la arrogante cantante Ma Rainey (Viola Davis) en la grabación de un disco.
La madre del blues, cuyo título original es Ma Rainey’s Black Bottom (algo así como El negro trasero de Ma Rainey), cubre las tensas horas dentro del estudio de grabación en medio de una época sacudida por las injusticias sufridas por los afroamericanos, particularmente en la década de 1920, pero que trascienden a tiempos anteriores y posteriores.
La tensión se asoma en diálogos poderosos que, a ratos, se convierten en monólogos desgarradores (Chadwick tiene uno en particular que realmente hace emocionar al espectador) para exhibir la discriminación racial sufrida por los personajes, aunque los coprotagonistas blancos del filme (el representante de Ma Rainey y el dueño del estudio de grabación) muestran actitudes mayormente gentiles hacia el cuarteto afroestadounidense y hasta pacientes hacia los excesos generados por el orgullo de la cantante.
Los críticos han aplaudido con entusiasmo las actuaciones del elenco, particularmente de Viola Davis y Chadwick. El periodista Justin Chang de Los Ángeles Times alabó la actuación del artista diciendo que es “la más oscura pero también la mejor de su carrera”. Johnny Oleksinski, de The New York Post, calificó el filme con 3,5 estrellas de cuatro e indicó: “Ver a Chadwick Boseman en esta película es sencillamente desgarrador. Su actuación logra trascender todos los escenarios y se mantiene brillante hasta el final”. David Rooney, de The Hollywood Reporter, dijo: “Ver a actores de este calibre perderse en personajes llenos de tanto dolor es simplemente gratificante, especialmente con la actuación de Boseman, un talento que se fue muy pronto”.
Ese último papel, tan lleno de intensidad, muestra el fantástico artista que era.
Esta película biográfica de drama y música, dirigida por George C. Wolfe, está basada en la obra homónima de 1982 escrita por August Wilson. Es protagonizada por Viola Davis, Chadwick Boseman, Glynn Turman, Colman Domingo y Michael Potts, mientras que la producción es de Denzel Washington. Viola y Chadwick recibieron nominaciones al Óscar por sus papeles, mientras que el filme logró ganar dos estatuillas por mejor diseño de vestuario y mejor maquillaje y peluquería. Netflix también exhibe un especial a la memoria de Chadwick y otro sobre la vida de Ma Rainey. (E)