Cuando Edith Pretty (1883-1942), nacida como Edith Dempster, una viuda adinerada y terrateniente inglesa, se percató de que en sus tierras se levantaban unos montículos, decidió que debía investigar. Ella fue una exploradora de toda la vida, ya que su familia viajó mucho durante su infancia, gracias al inmenso éxito de su padre y abuelo como fabricantes de equipos para la industria del gas. Antes incluso de ser adolescente, Pretty visitó Egipto, Grecia, India, Estados Unidos y más, y pasó seis meses viviendo en París, según sus diarios. Más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, se ofreció como voluntaria para la Cruz Roja en Inglaterra y Francia.
Para ver qué eran esas protuberancias en su propiedad, contrató a Basil Brown (1888-1977), un arqueólogo y astrónomo inglés autodidacta, para que excavara. Lo que halló allí cambiaría por siempre la historia de Reino Unido. Esta aventura arqueológica es la que sirvió de alquimia para La excavación (The Dig), película dirigida por Simon Stone, basada en la novela de John Preston, publicada en 2007.
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Netflix tomó la iniciativa de producir el filme, porque últimamente las películas de época le han dado buenos resultados (un ejemplo son Bridgerton o Gambito de dama). The Dig, estrenada el 29 de enero, transcurre en la campiña inglesa durante la Segunda Guerra Mundial, y los actores Carey Mulligan y Ralph Fiennes dan vida a la viuda y al empírico arqueólogo que hallará lo que se conocería como el tesoro de Sutton Hoo, que incluía 260 artículos, entre armas, monedas de armadura, joyas, hebillas de oro, placas estampadas y cubiertos de plata.
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Lo que se descubrió —algunos bautizaron el hecho como el Tutankamón de Gran Bretaña— fueron múltiples cementerios anglosajones que se remontan a los siglos VI y VII, incluido un entierro de barco notablemente bien conservado (lo primero que se ve en la película) que contenía cientos de artefactos, un hallazgo único que cambió la visión que se tenía de la sociedad anglosajona, que dejó de considerarse rudimentaria, pues esos objetos hallados demostraron a la comunidad en general que hubo una extensa red de comercio, y los detalles de los objetos eran muestra de una riqueza y una sofisticación que se creían ajenas a los anglosajones. Además, muchos artefactos están asociados con detalles del poema Beowulf, y dan cuenta de la importancia de la hospitalidad de los señores feudales en la cultura anglosajona. En otras palabras, el descubrimiento esclareció esos cuatro siglos entre la partida de los romanos y la llegada de los vikingos, periodo del que poco se sabía.
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Según el Museo Británico, las experiencias de Pretty, junto con el hecho de que pasó gran parte de su tiempo en casa debido al empeoramiento de su salud y al dolor por la muerte de su esposo, la llevaron a concentrarse en resolver el misterio de los 18 montículos grandes y claramente hechos por el hombre. Carey Mulligan dijo a British Vogue: “Todos los viajes que hizo Pretty sirven como una verdadera revelación en contraste con la forma de vida tradicional de las mujeres de su época. Al leer su biografía, me asombró muchísimo. Era tan extraordinaria. Se desempeñó como enfermera voluntaria y desde joven viajó a algunos países. Esto fue algo revolucionario para una mujer en la época en que creció. Me encantó la idea de alguien con esa capacidad de aprendizaje, estudio y aventura”.
Después de la muerte de sus padres, Pretty y su hermana heredaron una propiedad valorada en aproximadamente 22 millones de dólares en la actualidad. Se casó con el soldado Frank Pretty en 1926 y luego compró la finca Sutton Hoo de más de 500 acres. Le dieron la bienvenida a su único hijo, Robert, en 1930, solo unos años antes de la muerte de Frank en 1934.
“Estaba como encarcelada por su lugar en la sociedad y por sus responsabilidades y por su frágil salud, pero esencialmente tuvo una visión de que había algo en esos montículos que necesitaba ser descubierto, porque había algo debajo”, dijo Mulligan al mismo medio británico. Y añadió que “era tan asombroso, porque era alguien que claramente quería recuperar esa parte de su vida que había tenido cuando era más joven, una especie de aventurera, viajera y descubridora”.
Después de que se determinó en 1939 que todos los artefactos invaluables encontrados en su tierra eran legítimamente de su propiedad, ella inmediatamente decidió donar todo al Museo Británico. Como recompensa por su estatus como una de las donantes más generosas del museo de todos los tiempos, el entonces primer ministro Winston Churchill le ofreció el prestigioso honor de CBE, pero ella lo rechazó amablemente.
Además, al legar los tesoros medievales al museo, Pretty solicitó que Brown recibiera crédito por su trabajo en la excavación inicial. Desafortunadamente, tal como se lee al final del filme en Netflix, cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y los hallazgos pudieron exhibirse por primera vez, casi una década después de la muerte de Pretty en 1942, el nombre de Brown se dejó fuera de la exhibición, probablemente porque era autodidacta y no formaba parte de la clase más prestigiosa de arqueólogos profesionales de su país. “No fue hasta muy recientemente, mucho después de la muerte de Brown en 1977, que el museo corrigió este error y agregó el nombre de Brown a la exhibición permanente de Sutton Hoo junto con Pretty”, aclara la película.
La actriz
A Carey Mulligan la recordamos por sus apariciones en las películas Orgullo y prejuicio (2005), Drive (2011), El gran Gatsby (2013) o Sufragistas (2015) y pronto la veremos en Maestro junto con Bradley Cooper, filme dirigido por el también actor. En 2009 fue nominada al Óscar por An Education (2009) en la categoría mejor actriz. Vivió en Londres desde su nacimiento hasta los tres años, antes de mudarse con su familia a Alemania, donde asistió al International School of Dusseldorf. Entre 2009 y 2010 tuvo una relación con Shia LaBeouf , habiéndose conocido en el set de Wall Street 2: El dinero nunca duerme (2010); reemplazó a Keira Knightley en el papel de Eliza Doolittle en My Fair Lady después de que abandonó el proyecto.
Por el papel de Mulligan en La excavación, Netflix fue criticado por elegirla. Ella tiene 35 años, pero en el filme aparece una mujer de más de 50 años. Los fanáticos dijeron que “las mujeres mayores de 40 son invisibles” para los cineastas. Simon defendió esta decisión al comentar que “la novela se aparta de la verdad en muchos aspectos y no pretende ser absolutamente precisa, por lo que el margen para apartarse de la precisión histórica ya estaba ahí”.
Mulligan asumió el papel de Pretty después de que Nicole Kidman abandonara el proyecto. Al ser envejecida para la película, Carey dijo a la BBC: “Supongo que hay una disparidad de edad entre mí y el personaje de la vida real, pero creo que el sentido de ella es lo más importante. Estaba un poco envejecida con el maquillaje para intentar dividir un poco la diferencia. Pero era más importante honrar el carácter de Edith y la mujer humilde, generosa y extraordinaria que fue”.
Carey actualmente está casada con el cantautor Marcus Mumford (desde 2012) y tienen dos hijos.