Una galaxia de estrellas de Hollywood, liderada por Wes Anderson (Houston 1969) desfilaron ayer por la alfombra roja del Palacio del Cine de Cannes, logrando abarrotar la Croisette y sus balcones de admiradores. Tom Hanks, Adrien Brody, Scarlett Johanson, Edward Norton, Matt Dillon, Bryan Cranston, Jason Schzartsman y una infinidad de nombres muy reconocidos del Star System, como es usual en el cine del cineasta, deslumbraron con su ingreso a la Sala Lumiere, mientras la platea los aguardaba con ovaciones de pie.

Rodado en Chinchón (un pueblo cercano a Madrid) hace dos años, la nueva joya audiovisual de Anderson nos presenta dos planos narrativos para contarnos una historia de marcianos en el medio Oeste americano rodado en territorio español. Arranca con Cranston que relata la génesis de un espectáculo teatral puesto en escena por Brody que luego se convertirá en el filme que nosotros veremos, con protagonistas (si de protagonistas se puede hablar con un filme coral con una aparición mínima para cada estrella) como Hanks y Johanson. Es la historia de un grupo de personas reunidas en una localidad perdida del desierto por motivo de un premio dedicado a jóvenes astrónomos y cadetes espaciales. Todo parte desde la época del Asteroide que impactó hace 3000 años antes de Cristo sobre la Tierra.

El filme vuelve a poner a prueba la maestría de Wes Anderson, su elegancia excéntrica y su refinamiento en dimensión fabulesca, su atención a cada detalle y a sus colores, a veces pasteles, a veces luminosos y a los story boards que guían su simetría. Esta vez, Asteroid City una obra dentro de otra: comienza con la retransmisión para televisión de una pieza teatral exitosa, que otorga el título a la película. El todo se divide en tres actos y un epilogo.

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Ambientado en el medio Oeste, en el verano de 1955, la trama se desarrolla en los alrededores de un motel de bungalós, donde coinciden un fotógrafo de guerra, viudo y con cuatro hijos, una famosa estrella de cine, un abuelo al rescate de su familia, y otros mas que se alinean para observar un inmenso cráter provocado por otro asteroide. En esta velada especial, aterriza frente a todo el pueblo un alíen que se roba en las narices de todos, esta roca tan especial y huye, provocando una incuestionable cuarentena en el pueblo.

Johanson inició su intervención describiendo el trabajo que se hizo para la producción y de cómo se sintió sumergirse en la visión, estilo y mente del director, comparándolo con el teatro al tener un espacio tangible, sonoro, usable. Comentario apoyado por Maya Hawke, quien interpreta a una maestra de escuela ‘El proceso y el producto final se alinearon hermosamente en esta película’, dijo.

‘Fue un verdadero reto, tener que concentrase y hacerlo. Sentía a Wes Anderson como el conductor de una orquesta y todos nosotros como los intérpretes de un instrumento en particular y teníamos que hiper concentrarnos en nuestro instrumento, sin saber cómo se va a ensamblar todo y quien va a ir primero y después, para que luego él lo vaya ajustando’, manifestó Bryan Cranston sobre el proceso de filmación.

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Sobre el alien que aterriza en el pueblo y sobre su creencia en estos eventos Anderson se pronunció entre risas: “Bueno, yo no confiaría de ninguna manera en mis opiniones sobre el significado de ese tema”. “La investigación que se realizó sobre ello fue tan extensa, no era algo que pudieras encontrar fácilmente”. “Stephen Hawking insiste en que es numéricamente improbable que no haya vida extraterrestre. Realmente no”.

“Lo que es especial, es que, en esta película confiábamos el uno al otro y trabajábamos muy de cerca. Hacíamos escenas que no teníamos planeadas para ese día y luego decía: qué tal si hacemos esto, ¡y lo hacíamos! “Debe ser muy emocionante que haya gente esperando, noche tras noche, a ver lo que has creado”, añadió Wes Anderson. “Si no he hecho una obra de teatro es porque tienes que reservar el teatro cuando todavía no has empezado los ensayos, sin la posibilidad de retrasar su estreno si no estás satisfecho con el resultado final. Pero, a mí me encanta volver a la mesa de edición y jugar un poco comprobando que está todo bien”. “Mi forma de trabajar es más similar a la de los años treinta que a la actual, nunca se me cruzó por la cabeza la idea de utilizar un fondo verde, me motiva generar un espacio real”. “Para esta película, creé guion gráfico animado en movimiento, donde pude plasmar a todos los personajes”, agregó

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Schwartzman, quien conoce a Anderson desde los 17 años, indicó: “Para él, cada película siempre es un reto completamente nuevo y de manera natural toma lo que ya conoce, lo eleva y lo lleva más allá, a un sitio nuevo”.

Para Cranston, es importante tener que seguir avanzando y contando la historia, porque no sabemos exactamente qué va a pasar, cuánto durará nuestra vida, quién estará en ella o cómo se desarrollará todo. -Refiriéndose a la escena en la que Augie Steenbeck, personaje interpretado por Jason Schwartzman, aparece en blanco y negro saliendo del set muy preocupado planteándole al director que no entiende la obra, siendo su respuesta. ‘No hace falta que la entiendas, lo que importa es que sigas contando la historia’- Cranston señaló que esta escena, la considera clave en la película.

Para concluir, Anderson se refirió a la musicalización de sus películas. ‘A veces he tenido filmes en los que planeamos mucha música. Incluso estamos filmando alrededor de cierta música y tenemos luego el problema de que quedan ciertos espacios. Esta vez Alexandre Desplat comenzó a interpretar solo dos notas una y otra y otra vez, luego ahí estaba, la partitura completa de la película. No hay mucha partitura, pero siento que su inspiración le dio, esa forma que no tenía antes de que comenzáramos a trabajar en ella’, concluyó el cineasta. (E)