La nueva cinta dirigida por Adrian Grunberg rescata como inspiración central para su trama la leyenda de El Demonio Negro, una figura del folclore y una leyenda de América Latina que, para la cinta, se ha adaptado a la forma de un Megalodón, un tiburón gigante espeluznante que habitó hace millones de años la Tierra y que algunos aseguran que aún hoy acecha los océanos.

En la película de 100 minutos inicia relatando las idílicas vacaciones familiares del petrolero Paul Sturges (Josh Lucas) que pronto se convierten en una pesadilla cuando se encuentran con un brutal tiburón que no se detendrá ante nada para proteger su territorio. Así, en esa épica batalla entre los humanos y la naturaleza, Paul y su familia, varados y sometidos a ataques constantes, deberán encontrar la forma de regresar a la orilla con vida antes de que el tiburón vuelva a atacar.

De acuerdo con el director, si bien se propusieron contar la historia de una familia que se une para sobrevivir a una amenaza existencial, el guion es más que eso: Demonio Negro aborda el tema del maltraro a la naturaleza por parte del hombre. “Tendimos la cama y ahora debemos acostarnos en ella”, comentó Grunberg.

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La criatura principal no es un depredador maligno y cruel, sino la encarnación física de la venganza. El Demonio Negro es un emisario que actúa en nombre de Tlaloc (el dios azteca de la lluvia y la fertilidad) para reclamar un océano arrasado por la codicia y el deseo humanos. En el epicentro de esta película está la discordia de saber quién tiene razón y quién no; ¿quiénes son los verdaderos monstruos de nuestro tiempo?

La leyenda detrás de la ficción

En el folclore latino, Tlaloc es una deidad de la religión azteca a la que se adoraba como el dios de la lluvia, el trueno y la agricultura. Se creía que era el responsable de proporcionar las lluvias necesarias para nutrir los cultivos y mantener la vida.

Pero para los aztecas, además de asociar a Tláloc con la temporada de lluvias y el control de los ciclos de sequía y precipitaciones, también se lo asociaba con la muerte y el inframundo. Se creía que podía dar tanto vida como muerte, y que tenía el poder de controlar el destino de los humanos.

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En Demonio Negro, la deidad es retratada como el feroz defensor de la riqueza natural de la Tierra.

“La criatura sigue siendo un símbolo de misterio y terror perdurable en el folclore latinoamericano. Su oscura presencia sigue fascinando y asustando a la gente. Inspirados por este inquietante monstruo, creamos esta historia”.