En el fútbol actual, el talento y la táctica parecen ya no ser suficiente. La diferencia entre competir y dominar pasa, cada vez más, por la billetera. El reciente cruce de semifinales de la Copa Libertadores 2025 entre Liga de Quito y Palmeiras lo volvió a dejar en evidencia: el poder económico inclina la balanza, incluso cuando el fútbol parece equilibrarla.














