La función de un técnico en una selección/equipo de fútbol profesional es convertirse en el alma de esos conjuntos e inspirar confianza. Es ser quien busque la luz al final del túnel, el héroe en épocas de falta de resultados. Un baluarte y la esperanza para directivos, jugadores, hinchas y de un país cuando su metodología de trabajo conquista, en las competencias, posiciones estelares e históricas. Así se lo describe en el Manual de los entrenadores.

Y quien se desvía de tal formato demuestra prepotencia, trata despóticamente al fanático y relega al periodismo; vive en un panorama oscuro. En otras palabras, es un técnico con falta de principios, y de esa categoría abundan en el mundo del balompié. En Ecuador apareció últimamente un entrenador que en un instante de desliz dijo: "No me da la gana de hablar en público de la Selección". Si les preguntáramos a técnicos ranqueados sobre esta expresión, con seguridad afirmarían que la ética se le fue por los suelos. Centrémonos mejor en describir los referentes elementales de un buen estratega en el fútbol.

Es aquel que labora en fortalecer el volumen y la intensidad del ejercicio en las áreas técnicas y físicas. Dispone movimientos que se evalúan en los entrenamientos con cada uno de sus pupilos, sea a nivel de pretemporada o de competencia. La orientación psicológica y espiritual suma también su presencia. Es aquel que, aceptando la función de técnico, debe permanecer con sus jugadores convocados el mayor tiempo posible en la cancha. Bien puede definir la práctica del día en dos o tres jornadas, siempre respetando que no se presente ningún tipo de sobrecarga en la capacidad física de los futbolistas. Por ejemplo, en las primeras horas de la mañana, ejercicios físico-recreativos con balón por no más de 40 minutos; en la tarde, charla con el plantel y ejercicios de motivación; y en la noche, ensayo con la plantilla o un encuentro amistoso con un rival. Estos pilares implícitos pueden variar de acuerdo con la didáctica del cuerpo técnico y el tipo de competencia.

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Es aquel que con base en estudios debe distinguir las virtudes y falencias de los conjuntos que enfrentará en certámenes locales, los encuentros que planifica la Conmebol y los que organiza la FIFA. Excelentes son los videos como ayuda, hoy tan comunes en las bibliotecas de todos los entrenadores del mundo, incluso en los profesores de etapas formativas.

Es aquel que mantiene conjuntamente con sus asistentes la armonía, sinceridad, la disciplina y el respeto dentro de la plantilla y en las concentraciones. Universalmente el fútbol con tantas polémicas sigue transitando esplendorosamente.

No más palabras... (O)