La presión social puede, a veces, hacer sucumbir las convicciones personales. Aquella reflexión surge tras mirar la película The help, que en español se conoce como Historias cruzadas o Criadas y señoras. La cinta muestra a la sociedad estadounidense en la década del 60, escindida entre quienes trabajan porque la supremacía de los blancos permanezca y un sector que apunta hacia el reconocimiento de los derechos de los negros. Una sociedad que se mueve entre la visión dominante, que lo inunda todo, y un grupo que ha sido históricamente vejado y silenciado.

En ese clima surge una historia de solidaridad, de valor, de amistad entre mujeres, que es una reivindicación de la condición humana, de la mujer y del oficio doméstico, denostado incluso hasta nuestros días.

Eugenia Skeeter Phelan (Emma Stone), una joven blanca, de clase alta, regresa a su casa en Jackson y se reinserta en su grupo de amigas y en su entorno luego de terminar sus estudios universitarios. Todas están casadas y con hijos. Se dedican a tareas benéficas, a disfrutar de las comodidades, mientras sus hijos y sus casas son atendidos por sirvientas negras, a las que consideran inferiores.

Skeeter no está casada ni tiene hijos. Tiene un sueño: ser escritora y trabajar como periodista. Lo consigue en El diario de Jackson, que le asigna una columna que consiste en responder preguntas sobre aspectos domésticos. Para ello, Skeeter recurre a la empleada de una de sus amigas, Aibileen Clark (Viola Davis), puesto que la sirvienta de su casa -la que la crió, le infundió valor y consoló tantas veces mientras su madre se ocupaba de otros menesteres o simplemente la ignoraba-, ya no está. Durante su ausencia, la despidieron.

Escribiendo la columna, conversando con Aibileen, una mujer inteligente y sensible que ha criado a 17 niños y que ha perdido a su propio hijo, Skeeter empieza a darle forma a otra idea: escribir un libro con historias de empleadas negras, una obra en la que se conozca el punto de vista de ellas, sus sufrimientos, sus vejámenes y qué sienten de cuidar hijos ajenos, mientras los suyos son cuidados por otros o incluso mueren.

Al principio se resisten, tienen miedo, porque corren riesgo. Hablar no les está permitido. Ellas no tienen derechos. Pero luego Aibileen, su mejor amiga, Minny Jackson (Octavia Spencer), y muchas otras, van encontrando razones para hablar: el maltrato, la segregación, el prejuicio que pesa sobre ellas. Y, sobre todo, porque encuentran una persona que las escucha, que las respeta, que las trata como lo que son: sus semejantes. Skeeter fue criada por una negra y contrariamente a sus amigas, que no veían en sus nanas sino a unas casi esclavas, ella guarda un gran afecto por la mujer que la cuidó.

Se crea entre Skeeter y las empleadas una gran complicidad y a partir de esas historias, surgen cambios. El filme nos habla de la importancia fundamental de los derechos civiles y humanos, de lo imprescindible de escuchar los puntos de vista de los otros, de conocer las existencias de los demás y del valor de ser auténticos en una sociedad que condiciona, que juzga, que tiene asignado para cada quien un papel, una máscara. Skeeter es un símbolo de ruptura de todo aquello.

La madre quiere para su hija un matrimonio. La hija quiere una carrera, una sociedad más justa y decidir por sí misma. The help es una historia que tiene momentos altamente emotivos –tristes y alegres– y unas actuaciones logradas. Tras ver el filme constatamos, asimismo, que aunque las sociedades cambian, los prejuicios de alguna forma permanecen agazapados.

Datos
The help está basada en la novela de Kathryn Stockett, de título homónimo.

Por su papel de Minny Jackson, Octavia Spencer obtuvo recientemente el Oscar en la categoría Actriz de reparto.

DIRECTOR- Tate Taylor
ORIGEN- EE.UU.
INTÉRPRETES- Emma Stone, Viola Davis, Octavia Spencer, Sissy Spacek, Mike Vogel, Allison Janney