Dijo el presidente Correa en la entrevista difundida por RTS que sus abogados le habían dicho que en referencia al juicio contra EL UNIVERSO C.A. “nunca había tenido un juicio tan fácil”. Es verdad, pienso lo mismo, teniendo como acusador a Rafael Correa con el sombrero de ciudadano y poniéndole el de presidente para cuantificar la indemnización pedida; habiendo promovido, y estando en ejecución una reorganización judicial, a través de un Consejo de la Judicatura transitorio que reemplazó a un Consejo de la Judicatura provisional; existiendo jueces temporales con aspiración a titularidad; cuando las providencias llegan en paquete a la computadora del despacho judicial; rechazando las pruebas de los acusados y admitidas las del acusador, en fin, si todo esto ocurre, pues sí, no hay caso más fácil en el mundo.
El presidente sabe de todo, ya estamos acostumbrados a ello, pero nunca cae mejor citar la vieja frase de “zapatero a tus zapatos” porque lo que dice en relación a lo que es Derecho debe ser producto de asesores ignorantes o encubridores y él simplemente repite. Manifestó, por ejemplo, que en la sentencia del caso referido lo único nuevo era la carilla y media última y que, por lo tanto, el juez no tenía que leer todas las cinco mil páginas del juicio. Simplemente con lo que dice demuestra su falta de conocimiento, ya que lo dicho significaría que la sentencia solo tuvo una carilla y media de motivación, es decir, una carilla y media de razonamiento judicial, una carilla y media de hilvanar reflexiones jurídicas para llegar a una resolución final. Sin embargo, lo dicho por el presidente no es cierto, porque el fallo final tuvo más de una carilla y media de absurdos y torpezas jurídicas que, ciertamente, se necesita ser abogado para no solo oírlas o leerlas y repetirlas, sino, especialmente, entenderlas para, definitivamente, calificarlas como tales.
Dijo el presidente que la Compañía EL UNIVERSO no tuvo abogado en la audiencia porque estos habían alegado la inconstitucionalidad del juicio y que eso era un horror. Es que solo el que no sabe puede decirlo, ya que, efectivamente, la empresa como tal solo podía alegar la nulidad del juicio por inconstitucional e ilegal, así como lo hizo desde el inicio del mismo, y, por ello, no tenía prueba que actuar previo a la sentencia. No tenía porque comparecer a tal audiencia cuando, solo porque el acusador es un ciudadano con sombrero de presidente de la República, es que se permitió que se acuse judicialmente de cometer un delito a una persona jurídica, a una compañía anónima. Este es el país de los absurdos, ya estamos aburridos de repetirlo, pero oír al presidente de la República defenderlos, alabarlos, ponderarlos en una causa personal, realmente conmueve la ética pública. Sí, seguramente, con una cancha totalmente inclinada, con árbitros propios y jugando el presidente de la República, cualquier juicio es fácil. Lo difícil será obtener lecciones positivas para el país después de esto.
Solo porque el acusador es un ciudadano con sombrero de presidente de la República es que se permitió que se acuse judicialmente de cometer un delito a una persona jurídica, a una compañía anónima.