AP
WASHINGTON.- Barack y Michelle Obama, así como sus hijas, se pusieron a bailar el pasado miércoles en sus asientos, durante un concierto de homenaje al ex Beatle Paul McCartney. El escenario fue el Salón Este, con los candeleros sobre las cabezas, los retratos de George y Martha Washington en los muros y un elenco de estrellas que cantó algunos de los grandes éxitos de McCartney. Stevie Wonder tuvo a los Obama marcando el ritmo con las palmas al cantar We Can Work It Out; The Jonas Brothers interpretaron Baby You Can Drive My Car; Corinne Bailey Rae le bajó el ritmo con Blackbird, y Faith Hill cantó Long and Winding Road.
Fue el mismo McCartney quien tuvo a su cargo el momento cumbre de la noche, al interpretar Michelle, dirigiendo sus palabras directamente a la primera dama, que tiene ese nombre. Dijo que se moría de ganas de cantarla en la Casa Blanca y le ofreció una disculpa al Presidente con antelación.
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La primera dama enseguida comenzó a repetir la letra junto con McCartney, y el Presidente se mecía en su asiento. Después de darle serenata a la primera dama con la letra "I love you, I love you, I love you", McCartney bromeó al manifestar su temor de ser el primer tipo en recibir un puñetazo de un presidente.
La noche entera estuvo diseñada para que Obama le entregara a McCartney el premio Gershwin de la Canción Popular, que concede la Biblioteca del Congreso. Este premio lleva el nombre de los compositores George e Ira Gershwin, cuyas colecciones están en la biblioteca. McCartney dijo que ese era un momento inigualable.
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"No creo que pueda haber nada tan especial como tocar aquí", dijo el inglés.