El canal Infinito generalmente trae buena programación en su parrilla, interesante, diferente y bastante coherente con el mundo actual y las necesidades intelectuales del telespectador promedio ajeno a la farándula, las telenovelas y/o el fútbol. Pero a veces las sorpresas no son tan buenas, me he tropezado varias veces con ‘Guinea Pig’, un programa que busca probar las teorías ya corroboradas años antes por el mundo entero: la de la relatividad, la de la fuerza G, etcétera.

El tema es que si bien estas teorías no cuentan entre sus conejillos de Indias a personas comunes ya son algo trilladas para recomprobarse. En ‘Guinea Pig’ un hombre “común”  se somete, sin remuneración económica expuesta o aparente, a toda clase de pruebas que ponen al borde su límite entre la vida y la muerte. La pregunta es ¿para qué?

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Si la intención es divertir, la idea del morbo de ver a otro sufrir mil peripecias para mi entretenimiento me parece simplemente desastrosa. Me recuerda una situación que viaja desde el mito a la realidad, me refiero a los llamados  filmes snuff (grabaciones de asesinatos reales)  así,  el ver  la muerte como sinónimo de placer no es nada nuevo, pero sí detona una pregunta que espero sea compartida: ¿avanzamos o retrocedemos como sociedad? El nombre de ‘Guinea Pig’ me remitió a una serie japonesa  de 1989, creada bajo un concepto similar, pero  no es el mismo programa que  ahora presenta Infinito.