Entrevistador: Tiene usted la famosa teoría ninja que a mí me gusta mucho y, aunque sea de a poquito, hay que explicarla.

Abadía: Bien, primero, los intereses en Estados Unidos bajaron mucho; entonces, como los bancos necesitan hacer negocios y con intereses bajos no los podían hacer, decidieron buscar a un tipo de personas a las que llamo ninjas porque no tienen ingresos, no tienen empleo y no tienen propiedades (en inglés, no job, no income, no assets), o sea la clásica persona a la que tú no le dejarías ni cinco euros.

Entrevistador: Ni una cerveza siquiera.

Abadía: Los bancos norteamericanos les empiezan a dar créditos hipotecarios. Les preguntan: “¿Te interesa esta casa?”, y el ninja responde que sí. El banco agrega que la ha tasado por 70, pero que le da 100, y el ninja contesta: “Ya, formidable”. “Pero te cobraré de interés un poquito más”, y el ninja dice: “Qué importa”.

Entrevistador: Si total, no voy a pagar.

Abadía: Por la casa tasada en 70 le han dado 100 porque el banco piensa que el mercado inmobiliario seguirá subiendo y llegará a 200, con lo cual, si el ninja no paga, se vende la casa.

El negocio va tan bien que los bancos dicen: “Hace falta dinero, no tenemos, se nos acabó el dinero, vamos a buscar más por el mundo porque la globalización para eso está”.

Entonces cogen las hipotecas y hacen paquetitos con hipotecas buenas, hipotecas regulares e hipotecas que podemos llamar amablemente porquería; entonces las mezclan bien y empiezan a vender porquería por el mundo, a otros bancos.

Claro que si yo te digo que te vendo porquería, tú me contestarás que no deseas, pero si te digo que vendo “mortgaged back securities” seguramente me comprarás; y van vendiendo esto por todo el mundo a todos los bancos, con lo cual los bancos del mundo tienen porquería pero no saben cuánta.

Entrevistador: O sea que el banco de toda tu vida, en el que confías, que tiene una oficina en tu barrio, y ese amable cajero que te atiende, ¿él tampoco sabe que su banco está muerto?

Abadía: Sí, y el presidente del banco tampoco lo sabe.

Entrevistador: ¿No lo sabe? Pero debería saberlo, ¿no?

Abadía: Sí, pero no lo sabe, porque el banco ha dicho que está “en plena expansión internacional”, lo cual quiere decir que han invertido en unos fondos muy buenos que están en el Banco de Oklahoma (que no sé si existe), y todo el mundo dice...

Entrevistador: ¡Qué banco más bueno!

Abadía: Exacto. En todo eso el banco de mi pueblo también ha comprado porquería, de manera que cuando ingreso mi sueldo ese dinero se irá a Oklahoma en el espacio de 10 segundos, y en 15 segundos estará prestado a un ninja...

Entrevistador: Así que la globalización era esto...

Abadía: Y no se sabe qué pasará porque no sabemos cuánta porquería hay. Hace algunos meses, me parece que fue el Fondo Monetario Internacional que dijo: “La dimensión de esta crisis está entre 100 mil y 500 mil millones de dólares”. Oye, entre 100 mil y 500 mil millones  de dólares hay una pequeña diferencia que a mí me permitiría vivir bien una temporada, con nietos, con hijos, con todo.

Pero luego leo que la dimensión de la crisis es de 700 mil millones de dólares. Fíjate que coincide con los 700 mil millones que ha puesto Bush. Pero después leo en cambio: “No, quizás la dimensión es tal vez de un billón de dólares”.

Y si quieres que te amargue la noche de una vez por todas, leí que esa gente  de estas dos entidades financieras, que se llaman Fannie Mae y Freddie Mac –que tienen nombres de dibujos animados–, parece que han vendido porquería por el mundo por 5,3 trillones de dólares. Se puede consultar el texto de “La crisis ninja” en:
leopoldoabadia.blogspot.com