Desde que el actual Presidente de la República expresó su decisión de impulsar la ciencia y la tecnología, en parte destinando siquiera una pequeña porción del Feirep, científicos e investigadores del país se han reunido en varias ocasiones con el objeto de llevar a la práctica tal propósito.

En primer lugar, hay conciencia de que los gobiernos han destinado escasísimos recursos al desarrollo científico y técnico; en segundo lugar, se reconoce que el progreso de los países del Primer Mundo ha tenido como una base de sustentación el auge de su ciencia y aplicaciones tecnológicas.

En estas circunstancias la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt) ha realizado dos foros: uno en Quito y otro en Guayaquil, después de los cuales ha elaborado un proyecto de política nacional, el que fue presentado en días pasados a científicos y delegados de distintas instituciones, en un acto presidido por el Vicepresidente de la nación, quien discurrió sobre la necesidad de impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

El proyecto abarca tres estrategias:
1. Fomento de la investigación y la generación de conocimientos para la solución de problemas nacionales; 2. Conformación y consolidación del Sistema Nacional de Innovación (SIN); y 3. Fortalecimiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sncti). Cada estrategia constituyó el tema de cada uno de los tres grupos de trabajo en los que se repartieron los participantes de la asamblea.

Me referiré brevemente al primer tema. Es indiscutible la necesidad de “fomentar la investigación para la solución de problemas nacionales”. ¿De cuáles? Tenemos tantos grandes y pequeños problemas, que el primer paso sería establecer sobre sólidas bases las prioridades. ¿Cuáles problemas y con qué recursos se contribuiría, desde el plano científico y técnico, a su solución?

El país afronta graves problemas de producción y competitividad, entre otros en su producción de derivados de petróleo, en general, en su situación energética, basada en su mayor parte en consumo de tales derivados, cuando tenemos grandes recursos hidráulicos inexplotados, esto para mencionar solo un importante aspecto de nuestro retraso. Sin establecer las prioridades se corre el riesgo de desperdiciar los pocos recursos.

El primer punto plantea: “Desarrollo de actividades científicas y tecnológicas a los más altos niveles internacionales, en particular de la investigación básica con horizontes de aplicación a mediano y largo plazo, las cuales tengan relevancia sobre las necesidades sociales y económicas del país”. Es una ingenua pretensión llegar a los más altos niveles internacionales comenzando como sería el caso desde tan bajo. La llamada “investigación básica” es importante, pero para un país como el nuestro es más urgente la investigación aplicada, contando para ello con quienes están en el campo de la producción y más de la exportable.

En fin, con mucho entusiasmo y poca experiencia, el proyecto contiene generalidades que es de esperar sean concretadas realísticamente en lo que será la Política Nacional de Ciencia y Tecnología.