Enfurecidos por el veto del gobernador Arnold Schwarzenegger a un proyecto de ley que permitiría a lo inmigrantes indocumentados conducir legalmente, los activistas hispanos y ciertos grupos políticos organizan protestas y un boicot a nivel nacional contra los congresos de negocios en California. 
 
Los partidarios de la propuesta de ley acusan al gobernador republicano de incumplir la promesa electoral de alcanzar una solución negociada. En lugar de ello, dicen, Schwarzenegger agregó una exigencia que pide que las licencias de conducir tengan un distintivo específico, diferenciando las de los inmigrantes ilegales de las de los ciudadanos estadounidenses y los residentes legales. 
 
"Si esta es una posición que el gobernador quiere adoptar, nuestra comunidad se verá forzada a deshacerse de ella", dijo Nativo López, presidente de la Asociación Política México-Estados Unidos y Hermandad Mexicana, con sede en el sur de California. 
 
López planea organizar un boicot a nivel nacional para que los congresos no se realicen en San Diego, Los Angeles, Anaheim y San Francisco. 
 
La medida, aprobada el 27 de agosto por la legislatura del estado _ controlada por los demócratas _ habría permitido que hasta dos millones de inmigrantes ilegales condujeran automóviles legalmente. Ciertos líderes religiosos se unieron a otros activistas el viernes en el centro de Los Angeles para protestar contra Schwarzenegger. 
 
Los partidarios de la ley argumentan que permitir que los inmigrantes ilegales tengan licencias de conducir mejoraría la seguridad pública al hacer que conozcan el reglamento de tránsito y obtengan un seguro. Los que se oponen temen que sean violadas las leyes de seguridad. 
 
Mike Wilzoch, del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio _ que cuenta con 30.000 trabajadores afiliados en todo el estado _ dijo que su organización podría protestar el veto del gobernador después de las elecciones de noviembre. Sin embargo, los líderes del sindicato dudan que un boicot haga que Schwarzenegger cambie de opinión. 
 
El Consejo Nacional de La Raza, una organización activista, señaló que si el boicot se lleva a cabo, consideraría cancelar su convención del 2008 en San Diego, dijo Lisa Navarrete, vicepresidenta del grupo con sede en Washington y que aglutina a 300 organizaciones menores. 
 
Sin embargo, algunos cuestionan que un boicot sea lo más apropiado, pues consideran que los congresos ayudan a mantener a los empleados de hoteles, restaurantes y otros servicios. 
 
"A fin de cuentas, un boicot lastima a todos", dijo Sal Giametta, portavoz de la Oficina de Visitantes y Congresos de San Diego.