Productores y consumidores deben asumir la corresponsabilidad del manejo sustentable de los bosques tropicales como los de la Amazonía, declaró hoy a EFE en Ginebra el ministro ecuatoriano del Ambiente, Fabián Valdivieso.
 
Valdivieso se encuentra en esta ciudad suiza para la renegociación del Acuerdo Internacional de Madera Tropical, que se desarrolla esta semana a puerta cerrada en la sede de las Naciones Unidas.
 
Según el ministro, se trata de adoptar medidas eficaces para "el aprovechamiento de la madera, el control de la legalidad de su comercio y el lanzamiento de programas amplios de forestación y deforestación que garanticen un abastecimiento suficiente en el tiempo", explicó.
 
Entre 1962 y el año 2000 ha desaparecido el 50 por ciento del bosque tropical ecuatoriano, lo que equivale a ocho millones de hectáreas, aseguró Valdivieso, según el cual, con proyectos adecuados, la madera puede convertirse en un importante fuente de ingresos, como sucede ya en Chile, Uruguay y Costa Rica.
 
Entre los problemas a los que hace frente Ecuador está el hecho de que se haya privilegiado la tala de bosques para "probar la propiedad de las tierras" con vistas a su utilización para cultivos.
 
Según Valdivieso, es preciso un aprovechamiento técnico y sustentable no sólo del bosque primario, del que se extraen las maderas finas, sino también del secundario para evitar que haya que importar, por ejemplo, ciertas maderas de segundo orden de otros países para utilizarlas en tareas de exportación de plátanos.
 
Los objetivos básicos del Gobierno ecuatoriano son la reforestación con especies nativas de zonas con vocación forestal y la forestación de zonas que hace tiempo que dejaron de ser bosque, explicó el ministro, según el cual en este último caso puede compaginarse el uso forestal con actividades agrícolas y ganaderas.
 
Destacó asimismo la importancia del control forestal para el mejor aprovechamiento de las distintas especies, la verificación del transporte de la madera para evitar las actividades de contrabando, y la vigilancia verde o control policial de los movimientos de madera.
 
El plan es reforestar un millón de hectáreas en diez años, a lo que podría sumarse otro millón más de hectáreas, susceptibles de forestación.
 
Preguntado por la posibilidad de utilizar los llamados "bonos de carbono", que venderían los países con bosques tropicales a gobiernos o inversores privados, que los resarcirían de ese modo del sacrificio económico que supondría renunciar a la tala industrial, el ministro ecuatoriano expresó su interés por ese mecanismo.
 
Sin embargo, se lamentó de que el valor nominal de esos certificados haya "disminuido sustancialmente" y dijo que "sería la vida adecuada siempre y cuando mejorasen las condiciones de mercado".
 
Otra vía para salvar "esos pulmones del planeta" de la deforestación sería fomentar la inversión privada en las plantaciones, que en el caso del Ecuador es actualmente escasa. 

"Se trata de dar seguridad jurídica y promocionar las ventajas comparativas que tiene Ecuador, por ejemplo, en la calidad de la tierra y las condiciones de luminosidad, que hace que los bosques tengan un crecimiento mucho más precoz", explicó.
 
El ministro señaló que en su país el aprovechamiento forestal contribuye actualmente a entre un 1 y un 2 por ciento del Producto Interior Bruto aunque su impacto social es bastante mayor ya que ocupa directa o indirectamente a un 8 por ciento de la población activa.
 
Valdivieso explicó que las comunidades indígenas quieren participar en los planes de forestación aunque necesitan para ello financiación adecuada, y agregó que uno de los mecanismos más ágiles serían precisamente los citados "bonos de carbono".
 
Ecuador está trabajando activamente en la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, que apenas ha comenzado su andadura en Brasilia, explicó también el ministro.
 
Se refirió a la protección de especies, las propiedades genéticas de las plantas y los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas y expresó la preocupación de su país por las actividades de compañías internacionales que están patentando ingredientes activos en perjuicio de la paternidad de las comunidades autóctonas.
 
"Hemos tenido recientemente la tercera reunión de ministros del Ambiente de la Comunidad Andina para fortalecer nuestro trabajo en temas como la biodiversidad y el cambio climático y coordinar las negociaciones internacionales en todos los foros", agregó.