En el libro La lagartija que abrió la calle Mejía, publicado por el Municipio Metropolitano de Quito y el Fonsal, y que contiene numerosos artículos periodísticos publicados, hace años, por el científico y polígrafo Luciano Andrade Marín, se reproduce un estudio publicado en la revista Línea,  el 15 de enero de 1940, bajo el título de ‘Etimología del nombre Guayaquil’. Como introducción de su estudio dice: “Guayaquil, nombre indígena de la actual gran ciudad y primer puerto de la República del Ecuador. Desde antes de la llegada de los españoles existió allí un pueblo indio con el nombre de Guayaquil, y en épocas de la conquista española los castellanos fundaron junto a él la ciudad de Santiago de la Culata; la cual en tiempos de la Colonia absorbió al pueblo de Guayaquil y se llamó con el solo nombre de Santiago de Guayaquil; hasta que en tiempos de la República se le ha conocido simplemente con la denominación de Guayaquil a la ciudad, y de Provincia de Guayaquil a la circunscripción territorial política”.

Refiriéndose a la etimología dice: “Significa el lugar donde abundan los racimos de plátanos”. Don Luciano fue un buen conocedor del quichua y afirma que Guayaquil es quichua puro. Discurre abundantemente sobre el origen quichua de la toponimia y se admira que no hay un sustantivo quichua sobre plátano, aunque menciona muchas palabras con el prefijo gua y con el sufijo kil o quil. El primer problema que surge es que no se sabe cómo los propios nativos del lugar pronunciaban la palabra Guayaquil; en quichua no existe la g. Existe el sonido ua que en español se ha escrito wa o hua (warapu, waricha –ramera, mujer de soldado–, Tungurahua).

En segundo lugar, el plátano o banano no es originario de América. El padre Tomás de Berlanga, en el segundo viaje de Colón, trajo plántulas de banano y de caña de azúcar que prosperaron maravillosamente en la isla Española, en donde se sembraron por primera vez. No hay información de cuándo comenzó a cultivarse en nuestra costa. Aquí por muchos años se lo llamó guineo por el origen primario Guinea (África). Por consiguiente, esto justifica que no haya nombre aborigen de esta especie del género Musa. En tercer lugar es poco probable que los primitivos habitantes de la ribera de la ría hayan hablado quichua.

Don Francisco Campos, en EL UNIVERSO del 9 de octubre de 1933, había publicado ya un artículo sobre la etimología quichua de Guayaquil traduciéndolo como “prados verdes o campo florido”. Gustavo Lemos, en su estudio del mismo año 1933, piensa que la palabra es de origen Cayapa-Colorado, pero se abstiene de indicar el significado. En “colorado” (chacchila o tsacchila) hay el sufijo quil o kil en muchos apellidos y nombres de cosas.
No conocemos estudios posteriores a los citados y por consiguiente la etimología de Guayaquil sigue en espera.