Por Dr. Leonardo López Guzmán
Médico alternativo Ms. SC. Q.F.

Junto con el consumo del azúcar y de la sal constituyen los mayores retos que debe superar el ser humano.

Partamos de que las grasas son parte fundamental del ser humano, forman parte de su constitución, pero ojo, hablamos de grasas muy específicas y en cantidades muy limitadas. El omega 3 es uno de esos elementos, del cual ya publicamos previamente, necesario para la conformación de nuestro cerebro y de nuestras hormonas, además de formar parte de cada célula nuestra. El omega 3 es un componente esencial para nuestra salud, las botellas de aceite de maíz, girasol, soya y otros no lo son. Este grupo es lo que generalmente denominamos Omega 6. Debemos ser muy cautos en el momento de elegir nuestros alimentos. Los aceites de aguacate, oliva, Sacha Inchi son una historia diferente, ellos son fuente de omega 3 y omega 9. Un alto consumo de omega 6 en relación al omega 9, genera lo que denominamos inflamación. Esta es causa de agresión a nuestros tejidos y causa de múltiples enfermedades.

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Los aceites tienden a ponerse rancios, es decir se oxidan. Para prolongar la vida útil de los aceites en percha, se procede a un proceso denominado de hidrogenación parcial, que no hace sino convertir la grasa en algo más peligroso aún. Cuando usted aplica calor al aceite lo vuelve más rancio, más tóxico, más mutagénico, más cancerígeno. Reciclar el aceite volver a freír con él, es peor negocio aún. Muchas opciones más saludables existen: freír en agua o con baja temperatura con aceite de oliva, o freír en sartenes de cerámica y utilizar aceite de coco. Cuide su dieta y su vida. (O)