Msc. Rafael Montalván Barerra
Especialista en lengua y literatura

Decíamos ayer que la lectura en voz alta permite estimular la poesía, en especial para introducir el análisis lírico en los estudiantes adolescentes.

Aunque a la poesía se la disfruta mejor sin desglosar de manera exagerada los efectos que produce su infraestructura lingüística (morfología, sintaxis, semántica,…), sin embargo las necesidades educativas nos hace buscar formas, métodos, didácticas, estrategias, en fin, para hacer más llevadera en el aula la enseñanza de poemas emblemáticos y sus contextos.

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Muchos alumnos, por cumplir, centran su atención a la forma en que está constituido el poema, su métrica, número de versos y estrofas, sus vacíos líricos, acentos, encabalgamiento,…, y se alejan de la propuesta del proponente poético, lo que a través del discurso nos lega en materia de tema, de ideas y de sentimientos, muchas veces de un carácter universal, que se torna en una marca ineludible de la cultura.

Hay que reparar en el contenido, en lo que nos comunica la voz lírica y los valores inmersos en ella, que la hace esencial para la confirmación de su lectura y socialización en el ámbito.

Apreciar, por ejemplo, la solidaridad presente en el poema ‘Masa’, de César Vallejo.

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O la fuerza erótica que trasciende en ‘Poema 12’, de Oliverio Girondo.

Mediante una presentación audiovisual, los alumnos pueden ordenar un análisis lírico real y ponderado que implique la escritura de un breve ensayo donde se recoja los alcances del poema en sus aristas esenciales, su impacto en la sociedad y su trascendencia. (O)