Cuando degustamos frutas como bananas, mandarinas, naranjas, freímos un huevo o dejamos comida en un plato la mayoría de los ecuatorianos depositamos los restos (cáscaras, cascarones, semillas) junto a otros residuos como el plástico en una sola funda o tacho que luego son trasladados a los rellenos sanitarios de las ciudades. Estos desperdicios, sin ningún tipo de tratamiento, tienen efectos contaminantes para el aire y el suelo.