Dr. Eduardo Santillán
Ph.D. Neuropsiquiatra-Terapeuta

Nos preguntan: Mi esposa se encuentra muy ansiosa, me mandonea siempre y trata muy mal a todas las personas que dirige en su trabajo, ahora se ha obsesionado con ser alcalde de nuestro pueblo! Por favor explíqueme si se puede enfermar por esto o ya esto es una enfermedad? Respondemos: El investigador David Mc Clelland sostiene que el anhelo de poseer poder es una de las necesidades humanas más significativas, las personas en las que predomina esta necesidad, casi siempre desean estar en el cargo más alto, por el solo hecho de tener más poder; el poder al ser una adicción, crea en la persona adicta el tremendo deseo obsesivo de querer ser cada vez más poderoso, muchas veces sin importar como se logra el cargo que les permitirá este ansiado gran poder para satisfacer su gigantesco ego, burlan totalmente la llamada meritocracia al conseguir sus grados académicos, certificaciones de forma muy irregular como conseguirlos por amistad.

Muchas de estas personas padecen falencia total de valores o incluso pueden ser buenos profesionales pero concluyentemente son malas personas, dado que dejaron de lado el crecimiento de su humanidad. El conocimiento otorga poder, que puede ser utilizado para liberar o para oprimir, creemos que el poder cambia a las personas. Cuando el poder lo ejercen malas personas, a estas no les importa que uso le puedan dar, utilizándolo para manipular, torturar emocionalmente y psíquicamente, causar dolor, etc. Por esa situación existen casos de gobernantes, que por esta adicción al poder denominado también síndrome de ‘Hubris’, dejan de lado los valores morales y éticos, y para perennizarse en el poder hacen cualquier cosa, incluso llegan a la corrupción y al crimen. (O)