En los hogares de hoy, con un menor número de hijos y un mayor número de comodidades y entretenciones, los espacios compartidos en familia son muy pocos y se limitan a reunirse a ver algún partido deportivo o un programa de televisión que les interese a todos, pero poco comparten porque están concentrados y embobados con lo que están viendo. Lo grave es que en este caso, lo que logran es atolondrarse unidos.