En la región sudafricana de Mogosani, una manada de burros deambula bajo el sol, parándose a su antojo para pacer, ajena a la amenaza que ronda: el tráfico de piel de asno para satisfacer la medicina tradicional china.
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Es un tráfico más discreto que el de marfil pero desemboca cada año en la muerte de miles de estos animales en África. Su piel se exporta, con frecuencia ilegalmente, a China.
En la región sudafricana de Mogosani, una manada de burros deambula bajo el sol, parándose a su antojo para pacer, ajena a la amenaza que ronda: el tráfico de piel de asno para satisfacer la medicina tradicional china.
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Tareas de reparación se extendieron por más de 24 horas y se activó distribución con tanqueros.
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