El narcotráfico ha provocado una deforestación de la selva en América Central, donde zonas ecológicas protegidas se convierten en la nueva plataforma de salida de la droga hacia Estados Unidos, indicó un informe el pasado jueves.

Los traficantes talan los bosques tropicales para crear pistas de aterrizaje y rutas clandestinas para transportar los cargamentos de droga. También transforman zonas forestales en falsas explotaciones agrícolas para blanquear los ingresos de la droga, según la investigación realizada por Kendra McSweeney, profesora de la Universidad de Ohio, y publicada en la revista 'Science'.

El problema ocurre en áreas remotas de Honduras, Guatemala y Nicaragua, cuyas tasas de deforestación están entre las más altas de América Latina y el mundo desde el 2000. En Honduras, la deforestación anual se cuadruplicó entre 2007 y 2011, coincidiendo con un aumento del narcotráfico en el país.