¿Si no desayuno puedo reponer esos alimentos en el almuerzo? Es la pregunta que algunos aún se hacen. Otros, en cambio, la creen cierta.

Pero al obviar el desayuno, se ignora que los nutrientes que no se consumen en la mañana, difícilmente se los repondrá en el resto del día.

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Así dice Jeanette Heredia, médico-nutrióloga del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Ella participó ayer en una charla de Nestlé, empresa que presentó los resultados de un trabajo sobre los hábitos del desayuno en las familias ecuatorianas.

La firma Habitus encuestó sobre esa temática a 360 madres de niños de entre 6 a 12 años, del nivel económico medio de zonas urbanas de Quito, Guayaquil y Cuenca. De ahí se arrojó que 7 de cada 10 mamás consideran que el desayuno es la comida más importante del día. Y que 8 de cada 10 piensa que este debe ser nutritivo.

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¿Pero, qué tiene un desayuno nutritivo? Según Heredia, este se forma con un lácteo (aporta calcio), una proteína (para la inmunidad), un carbohidrato (cereal, pan, yuca, verde u otros, que den calorías). Y una porción de frutas, que permite la absorción de los nutrientes de los otros grupos de alimentos.

A la media mañana hay que consumir una fruta. En el caso de los niños también otro cereal (habas, choclo, cereales, pan) para reponer la energía que ya se gastó.

Luego viene el almuerzo. A la media tarde, los niños pueden consumir un lácteo o una porción de frutas. Y al final, la cena. Ellos también tienen que tomar agua, seis vasos diarios de 8 onzas es lo recomendable.

Un niño de 6 u 8 años necesita 1.800 calorías diarias. Mientras que una mujer adulta de 1, 50 cm de altura requiere de 1.300 a 1.500, y un hombre de 1,70 cm, unas 2.000.