Cada año el feriado de Semana Santa representa una oportunidad de ingresos para el sector turístico, dentro de una conmemoración religiosa y cultural. En 2023 el asueto significó 49 millones de dólares por gasto turístico y en 2024 hubo un ligero descenso, llegando a 38 millones de dólares, según datos que constan en publicaciones del Ministerio de Turismo.
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Este año las expectativas del sector turístico mejoran a partir de que el fin de semana el Ejecutivo decretó la suspensión de la jornada laboral el jueves 17 de abril con lo que serán cuatro días de descanso. Además, el Gobierno anunció que aplicará la reducción del impuesto al valor agregado al 8 % para los servicios turísticos los días 18, 19 y 20 de abril, esto con el afán de fortalecer la economía local, de acuerdo con el comunicado de prensa oficial.
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El anuncio de suspensión de labores este jueves tomó por sorpresa a los sectores de la industria y el comercio, que tras la jornada electoral tendrán que apresurar la planificación para una semana corta de trabajo; sin embargo, para los ciudadanos y el sector turístico es una oportunidad atractiva, más allá de que sea una fecha recuperable.
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Lo que sí debe considerar el Gobierno son los controles de seguridad y el estado de las vías, pues este se convierte en el último feriado previo al inicio de clases del ciclo Costa y si durante el fin de semana hubo gran movilización de la población a distintas provincias, hoteleros de la Costa aspiran a que la situación se repita pero para estos destinos.
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Los conductores también deben estar alerta al paso por las zonas pobladas en vista de que el feriado corresponde a una fecha de recordación católica en un pueblo de profunda creencia religiosa y por tanto el Viernes Santo hay procesiones masivas en todas las ciudades.
Es fundamental el impulso a la economía. El país viene golpeado por varias crisis, incluida la de inseguridad, y el clima, pero en medio de ello se debe privilegiar el respeto por las creencias, el ser humano y un turismo sostenible. (O)