Ecuador vive un momento deplorable. La candidata presidencial Luisa González acaba de aceptar la seguridad de las Fuerzas Armadas ante amenazas en su contra. Su contendor Daniel Noboa usa desde el debate presidencial un chaleco antibalas.

Como todos los ecuatorianos, los aspirantes a Carondelet están en riesgo por la delincuencia organizada que se esmera en sembrar terror en el país a través de asesinatos, masacres, coches bomba...

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Hay una amenaza a la democracia cuando se asesina a autoridades como el alcalde de Manta, Agustín Intriago; el concejal de Esmeraldas Jairo Olaya o al candidato a la Presidencia del Ecuador, Fernando Villavicencio. Y también cuando se amenaza a otros que empiezan a denunciarlo en la Fiscalía como el alcalde de Guayaquil Aquiles Alvarez.

Disparos y gritos en alrededores de centro comercial en el norte de Quito

Daniel Noboa reclamaba en Eco TV Panamá de que no hay la libre participación o la libre democracia cuando se sale a la calle con el riesgo de que lo maten. Lo dijo un día después del crimen de Villavicencio, el 10 de agosto pasado.

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Luisa González hace comparaciones con la Colombia de los 80 o los 90. “Se ve afectada la democracia cuando en lugar de vencer en las urnas se busca quitar la vida a un candidato”, dijo en radio Medio Mundo esta semana.

Ella habla de un proceso judicial en el que un implicado habría dicho que el objetivo de unas bombas era Luisa González.

Dejan cadáver abandonado con una nota de amenaza contra cabecilla de banda que opera en El Oro

Es de gravedad indiscutible la denuncia de la postulante y la sospecha que deja aire en torno a las elecciones. Las investigaciones deben llegar a urgente término y con claridad dar con los responsables. La protección de ambos candidatos está en manos del Estado, más allá de que puedan recurrir a seguridad privada, chalecos antibalas, cascos, carros blindados u otros dispositivos.

Y no debe olvidarse a la par la protección de todos los ciudadanos, que no tienen acceso a artículos como los mencionados, pero son presa de amenazas de extorsionadores. En el control de la delincuencia hoy se juega la democracia. (O)