La invasión rusa a Ucrania del 24 de febrero de 2022 marcó un punto de inflexión en las relaciones globales y sentó las bases para una nueva era de conflicto. Dicha invasión desafió el derecho internacional; los invasores han cometido crímenes de guerra (tortura, violaciones, ataques a infraestructura civil, escuelas, hospitales, condominios, etc.); han secuestrado a 14.000 niños ucranianos y los han llevado a Rusia.

Una declaración reciente de un propagandista ruso, Sergei Mardan, reafirmó lo que Putin y otros han dicho desde antes de la invasión: “Solo hay una fórmula de paz para Ucrania: ¡la liquidación de Ucrania como Estado!”.

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El Gobierno ucraniano estima que hasta mediados de febrero han muerto alrededor de 140.000 militares rusos (incluyendo unos 10 generales y 150 coroneles). Si bien no hay estimaciones similares para las pérdidas ucranianas, una declaración de la Comisión Europea de noviembre de 2022 las estimó en 100.000, haciendo que las bajas militares posiblemente sean de más de 250.000. El número de muertes de civiles es más incierto. El ACNUDH ha verificado unos 7.000 civiles ucranianos muertos al 3 de enero de 2023 (incluidos 429 niños). Sin embargo, algunos informes sugieren que el número de civiles muertos es mucho mayor.

La agresión rusa ha recibido el apoyo de varios otros Estados, incluidos Irán, China, Siria y Corea del Norte. Irán ha estado proporcionando drones. Si bien China se abstuvo inicialmente en la resolución de la ONU que condenaba la invasión, continúa brindando apoyo militar, incluidos equipos de navegación, microchips y piezas para aviones de combate y otros equipos militares. El régimen sirio ha enviado combatientes. Corea del Norte ha mandado municiones. El G7 está considerando ampliar sanciones contra empresas chinas, iraníes y norcoreanas.

La invasión rusa a Ucrania del 24 de febrero de 2022 (...) sentó las bases para una nueva era de conflicto.

Los países democráticos y liberales se han alineado con Ucrania en defensa de su soberanía. La OTAN y la Unión Europea han tomado medidas para apoyar al país, como imponer severas sanciones económicas a Rusia; y han proporcionado a Ucrania armas defensivas.

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Las consecuencias de este conflicto son de largo alcance. A medida que el mundo se divide cada vez más, aumenta el riesgo de una guerra global. Rusia incluso ha agitado el sable nuclear diciendo que podría usar armas nucleares si teme que su integridad soberana está amenazada.

Este no es solo un conflicto entre dos naciones, sino una lucha por el dominio global entre dos ideologías opuestas. Por un lado, hay una coalición de Estados liderada por Occidente que defiende la libertad, la democracia y el Estado de derecho. Por el otro, existe una coalición de Estados liderada por Rusia que busca socavar estos valores e imponer su visión autoritaria y antiliberal.

Ucrania ha recuperado 54 % del territorio que ocupaba Rusia tras la invasión, liberando 74.443 km2; Rusia ocupa unos 65.000 km2, más los 42.000 km2 que controlaba antes de febrero de 2022. Es probable que Ucrania siga recuperando territorio, siempre que cuente con el apoyo militar y económico de Occidente. (O)