Es un secreto a voces en Guayaquil que su desarrollo vial es de lo más apadrinado que existe. Amplias vías en zonas donde el tránsito no da para tanto; otras calles que, de pronto, desaparecen y se convierten en callejón, porque por mala suerte se “topó” con un proyecto comercial con muchos contactos políticos; pasos peatonales muy feos en su mayoría, que nadie utiliza porque parecen haber sido ubicados al azar y son refugio de bandoleros; pasos a desnivel, en muchos casos también poco agraciados, que fueron levantados en el sentido contrario al que la técnica y el sentido común disponen, por no afectar los intereses de algún poderoso de los sitios donde se decidió hacerlo.

Estos son los cierres previstos por inicio de trabajos de solución vial en la av. del Bombero, en Los Ceibos

Tenemos así montones de calles subutilizadas y oscuras; otro montón de estrechos caminos repletos de tránsito y donde cualquiera se detiene en doble columna porque sabe que nada le pasará, y algunos pasos a desnivel en principales avenidas que desde la cola del trancón de un kilómetro de su vía aledaña se ven vacíos, “sólidos”, como dice el argot popular, porque conducen a donde nadie quiere ir.

Y si a todo esto le sumamos que la mayor parte de la ciudad, el Guayaquil popular creció en desorden desde la calle Colón hacia el sur y el oeste, en lo que por acá se ha llamado con desdén el suburbio, la zona “guasmeña”, la situación empeora. Porque en esa amplia ubicación geográfica, los traficantes de tierra de diferentes generaciones hicieron lo que quisieron con el reparto de lo que no era de ellos y plagaron de callejones y vías muy estrechas ese sur que colinda con el río Guayas y el estero Salado, que de hermosa entrada natural al golfo se convirtió desde la década de 1970 en la zona más deprimida urbanísticamente hablando de la ciudad. Paradoja: el sector del manglar y la entrada de mar, donde la naturaleza fue estéticamente generosa con esta tierra y que en otros lados se lo aprovecha y convierte en lo más apetecido por la sociedad, acá derivó en barrios marginales, populares porque el clientelismo político así lo necesitó en momentos electorales.

En la primera semana de julio se prevé iniciar construcción de paso elevado en Los Ceibos: estos serán los cierres viales

El tema vial ha vuelto con fuerza en la reciente semana, por la decisión municipal de levantar dos pasos a desnivel, ida y vuelta, en la mitad de la avenida del Bombero, en el tradicionalmente residencial barrio Los Ceibos, noroeste de la urbe. Y digo con fuerza porque es evidente que muchos de quienes viven y trabajan en la zona han levantado su voz de protesta, quizás un poco tardía, pero también poco han sido escuchados, porque las perforaciones ya empezaron.

¿Es esa la solución vial que requiere la importante avenida que por un lado conduce a la creciente urbanística y comercialmente hablando vía a la costa y por el otro conecta a esa población con el resto de la ciudad? Me sumo a los que tienen dudas, pero creo menester que la autoridad local escuche a todas las partes y se haga un trabajo de consenso antes de seguir rompiendo el pavimento. “Exceso de democracia” escuché gritar en Montecristi 2008 cuando el primer presidente de esa Asamblea demoraba las resoluciones por escuchar a los afectados. Pues sí, es preferible eso a seguir repitiendo errores con dudas de abuso. (O)