La frase latina –en castellano, “nada nuevo bajo el sol”– tiene su antecedente en el libro Eclesiastés, Antiguo Testamento, cuyo texto se le atribuye a Salomón: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad// ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será// ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará// nada hay nuevo bajo el sol// ¿Hay algo de que se puede decir: “¿He aquí esto es nuevo?”// ya fue en los siglos que nos han precedido// No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco habrá memoria de lo que sucederá en los tiempos que vengan después//. Verdades imposibles de desmentir, solo varían matices, vías para hacer lo similar y escenarios.
Salomón, tercero y último rey de Israel con sus doce tribus unificadas, años 970 y 931 a. C, fue hijo y sucesor del rey David, tenía el don de la sabiduría y de expresarla. A más de Eclesiastés, se lo cree autor del libro de proverbios, Cantar de los cantares y Salmos, del Libro de la sabiduría y de las Odas de Salomón, textos incluidos en el Antiguo Testamento. Expandió su influencia en África y en Asia,
A pesar de su sabiduría y el esplendor de su reinado, quien había cuestionado que el poder podía ser expresión de “vanidad de vanidades, todo vanidad”, habría tenido muchos compromisos y cayó en idolatrías, cometió abusos, no controló costos inmoderados, para los que impuso tributos ocasionales, a los que se le oponían mandó perseguir, lo que incluyó a Jeroboam, oficial de su entorno, que huyó a Egipto. A la muerte de Salomón, su hijo Roboam heredó el trono, pero se negó a derogar los tributos que impuso su padre, por lo que diez tribus del norte de Israel se rebelaron y establecieron su propio reino, llamándolo Reino de Israel, bajo el liderazgo de Jeroboam I. El reino del sur, que incluía a Judá y Benjamín, permaneció bajo el gobierno de Roboam y fue conocido como Reino de Judá. Ambos reinos fueron conquistados y ocupados por imperios vecinos, los asirios y los babilonios, quienes deportaron a sus poblaciones. Posteriormente, fueron dominados por los persas, los griegos bajo Alejandro Magno, y finalmente por los romanos.
Lecciones para aprender, nunca hay que olvidar que el poder es proclive a la vanidad, el propio Salomón cayó en aquello, en materia de tributos, lo ocasional usualmente es para iniciar su cobro, si ya se cobran, se piensa, ¿para qué derogarlos? Usualmente hay explicación, no uso la palabra pretexto, para excesos de poder, más allá de la ideología. Cuando viene el colapso de una manera de gobernar, de no haber desmoronamiento de un régimen, cambian los actores. Putín asume no ser comunista, pero tiene el control de sus argollas de poder.
En próximas columnas me referiré a las recientes leyes del periodo del presidente Daniel Noboa, de múltiples materias que sectores identifican como leyes similares a la fanesca, con agregados de última hora. En leyes urgentes de múltiples materias y en cuanto a agregados finales se ha visto de todo. Quizás las más importantes han sido las leyes trole para la dolarización, año 2000. La Constitución de Montecristi, 2008, supera en agregados finales a cualquier ley. (O)