Lo que ha hecho grande a EE. UU. no es solo el tamaño de su economía o la fuerza de su ejército, sino los valores que subyacen a estas instituciones. Es el Estado de derecho, la separación de poderes, el libre comercio y el compromiso con el gobierno ético lo que ha hecho de EE. UU. una “ciudad brillante sobre una colina”, como dijera el presidente Reagan. Bajo Trump, estos ideales han sido atacados para obtener ganancias políticas a corto plazo y enriquecimiento personal.

Estas son las conclusiones de mi artículo titulado “La erosión de los valores y de la estabilidad económica de EE. UU. bajo el presidente Trump” que publiqué (en inglés) en la revista Derecho en Sociedad de Costa Rica. Una versión en español se encuentra en mi Substack, www.luisfierro.substack.com/

El artículo analiza las políticas económicas, exteriores y científicas de la administración Trump, examinando sus implicaciones económicas y evaluando su alineación con los intereses estratégicos más amplios de EE. UU.

Los ataques de la administración Trump a la investigación científica y académica, incluido el recorte de los presupuestos de las principales instituciones científicas como los NIH, los CDC, NSF, NOAA y NASA, disminuirán el poder económico, político y militar estadounidense. También reviso los esfuerzos de Trump para debilitar el poder blando estadounidense con la eliminación de la Usaid; el debilitamiento de otros esfuerzos de asistencia para el desarrollo del Departamento de Estado.

El cierre de la Voz de América y otros medios públicos internacionales; y el desmantelamiento de la Fundación Interamericana, la Fundación para el Desarrollo Africano de los Estados Unidos (USADF), el Instituto de los Estados Unidos para la Paz y otras entidades. El debilitamiento del poder blando y de la investigación científica en EE. UU. beneficiará a China, Rusia, Irán y otras potencias adversarias.

El país no solo se aislará económicamente, también políticamente, ya que sus alianzas políticas y militares están siendo atacadas por Trump.

Los aranceles y las guerras comerciales de Trump no solo han perjudicado a los consumidores estadounidenses al aumentar los precios, sino que también han dañado el sistema de comercio global. Su desprecio por los acuerdos y organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y su retiro del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica han aislado a EE. UU. de sus aliados. Los efectos a largo plazo están comenzando a sentirse a medida que el mundo busca nuevas potencias regionales y globales.

Más allá de las necesidades intelectuales y académicas de promover la ciencia, la investigación aplicada y el desarrollo científico permiten el crecimiento de la productividad y, a largo plazo, incluso el poder político y militar.

Al mirar hacia el futuro debemos preguntarnos: ¿se podrán reconstruir las instituciones que se han roto? ¿Se podrán restaurar los principios que hicieron de los EE. UU. un ejemplo de democracia y justicia? (O)