Recientemente el papa criticó que la gente hoy prefiere tener mascotas en vez de tener hijos. Mientras daba esa noticia la cadena CNN, en tono burlón la periodista abrió un espacio en las redes sociales para que la gente diera su opinión, no sin dejar ella de criticar lo que Francisco había dicho.

Pues en una entrevista al Wall Street Journal, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, dueño de Tesla, el fabricante del por hoy más avanzado auto eléctrico del mundo, y presidente de Space X, la empresa que tiene ya convenio con la NASA para lograr hacer viajes al espacio, dijo que “la civilización se va a tambalear si la gente no tiene más hijos”. También dijo: “No puedo enfatizar esto suficientemente, no hay suficiente gente (…), la baja en la tasa de natalidad es uno de los mayores riesgos a la civilización (...), gente buena e inteligente piensa que hay demasiada gente en el mundo y que la población está creciendo fuera de control”. Luego de decir todo aquello (parte de la entrevista) añadió: “Es completamente lo contrario: si la gente no tiene más hijos, la civilización va a desmoronarse. Anoten mis palabras”.

Musk tiene seis hijos, y dijo que él hacía lo que predicaba.

Hasta hoy no he visto en CNN ridiculizar los comentarios de Musk como sí se hizo con los del papa.

Pero no solamente que esto lo está diciendo un genio, que además es el hombre con mayor riqueza en el planeta, sino que los hechos le dan la razón. La gente no mira las cifras. La población del mundo decaerá a partir del año 2050, y la cantidad de ancianos hoy ya es muy preocupante, por los enormes costos de sostener una seguridad social que tiene que pagar por más tiempo a más gente en relación con los que aportan. Los supuestos sobre los cuales se construyeron los fondos de jubilación de las seguridades sociales están totalmente pulverizados por la inversión de la pirámide poblacional. Eso es hoy en día ya un problema.

En la China no solamente que ya no existe la restricción de tener solo un hijo, sino que se pueden tener ya los que se quiera, y se ha restringido muy fuertemente el libre acceso al aborto. Por supuesto, cuando esto sucedió, las organizaciones feministas del mundo alzaron su voz, indicando que “se estaba restringiendo un derecho de las mujeres”. Jamás la alzaron cuando en el terrorífico régimen de natalidad anterior, mujeres eran obligadas a abortar por maridos que querían un varón y no una mujer, y cuando fetos de niñas e inclusive niñas recién nacidas eran abandonadas en las calles como un animalito, por la obsesión de tener el hijo varón. Ahí no hablaban.

Y seguimos los países pagando nuestro dinero a la ONU, para que sigan esta y otras organizaciones internacionales promoviendo la política del invierno poblacional, que ha demostrado a todas luces estar equivocada.

Muchos jóvenes tienen el miedo al calentamiento global y tienen el miedo a la contaminación. El papa Juan Pablo II dijo: “No tengáis miedo”.

Elon Musk lo ha dicho en forma clarísima, y son muchos ya los medios de comunicación de Europa, incluyendo anticatólicos, que hablan de la gravedad del invierno poblacional. (O)