En la Constitución de 1998 se propuso reconocer el derecho político de “los ecuatorianos domiciliados en el exterior para que puedan elegir presidente y vicepresidente de la República, en el lugar de su registro o empadronamiento”. Esta propuesta no tuvo el interés político suficiente para que se haga realidad esta garantía ciudadana; tampoco se tramitó el presupuesto para los gastos que demandaría este proceso; en definitiva, la propuesta quedó en nada. Tuvieron que pasar 8 años, es decir, en el 2006, para hacerse realidad que ecuatorianos que residen en el exterior puedan ejercer el derecho al voto.
Los migrantes inicialmente podían elegir solo presidente y vicepresidente; este derecho ha ido ampliándose. Ahora está consagrado en el artículo 63 de la Constitución de 2008, en concordancia con el artículo 13 del Código de la Democracia, que señala: “Las ecuatorianas y ecuatorianos en el exterior tienen derecho a elegir a la presidenta o presidente y a la vicepresidenta o vicepresidente de la República, parlamentarias y parlamentarios andinos, consejeras y consejeros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, asambleístas nacionales y asambleístas de la circunscripción del exterior, a través de los mecanismos determinados en la presente ley y demás normativa aplicable, y podrán ser elegidos para cualquier cargo con los requisitos que establece esta ley”.
Para dar cumplimiento al sufragio en el exterior, se establecieron 3 circunscripciones: 1) Europa, Asia y Oceanía; 2) Estados Unidos y Canadá; y 3) América Latina, Oceanía y África.
El Consejo Nacional Electoral, de acuerdo a su artículo 25, es el organismo responsable de “organizar, dirigir, vigilar y garantizar de manera transparente y eficaz los procesos electorales”. Para los ecuatorianos que viven en el exterior el voto es facultativo.
Para las elecciones del 9 de febrero último estuvieron empadronados alrededor de 450.000 ecuatorianos residentes en 39 países; de estos, Estados Unidos, España e Italia son los países que congregan a la mayor cantidad de ecuatorianos en el exterior. Se calcula que existen 2 millones y medio de compatriotas que migraron a diferentes países del mundo. Los resultados reales de votantes son más o menos el 35 %, cantidad exigua para el esfuerzo económico que hace el país, sin contar con la logística, el material para el sufragio que se envía hasta los biombos, las coordinaciones que se deben realizar con los consulados y el envío de los resultados, que muchas veces no llegan a tiempo para concluir los escrutinios.
El presidente Noboa propone reducir el número de asambleístas, 10 nacionales y 57 provinciales (uno fijo y otro por cada 400.000 habitantes). Se mantendría los 6 del exterior, con un total de 73.
La propuesta para elegir asambleístas del exterior es excesiva. Los resultados: en la circunscripción 1 votan alrededor de 94.000; en la 2, más o menos 45.000; y en la 3, cerca de 14.000, con un total de 150.000 votantes. Esta cantidad de votos es igual a la provincia de Orellana y constituye el 60 % de asambleístas nacionales.
¿Se justifica la votación en el exterior y la desmesurada representación de asambleístas? (O)