Varios partidos y agrupaciones políticas han expresado su oposición a que se convoque una asamblea constituyente. Algunos consideran que la época no es adecuada, otros van a temas de más enjundia. Algunos tal vez temen que les van a mermar los derechos establecidos en la vigente, especialmente en el art. 157. No lo creo.

Nuestra historia siempre ha sido un proceso hacia una sociedad más justa. No conozco excepciones a esta afirmación. La Constitución de Montecristi no es un modelo de aciertos. Algunos legisladores fidedignos han afirmado que el texto final fue cambiado para satisfacer las exigencias del mandamás de turno. Les creo. En aquellos días, quien esto escribe tenía un programa de opinión en el Canal 3 y siempre tenía ilustres invitados. Sin excepción, todos eran críticos de lo que estaban produciendo los legisladores en Montecristi. El tiempo les ha dado la razón. Engendros como el Consejo de Participación, etc., llamaban la atención porque se entregaba a un grupo de siete personas la responsabilidad de nombrar a las más importantes autoridades de control, otrora competencia del Legislativo.

Respecto de los derechos de los pueblos indígenas, me parece que tendríamos que hilar más fino, por ejemplo, en la administración de justicia. Se reconoce en el art. 171 el derecho de aplicar sus costumbres para juzgar a delincuentes, respetando las garantías ciudadanas. Pero se siguen aplicando castigos humillantes como la azotaina con ortiga frente a toda la población. Tal vez sería de distinguir las infracciones y la jurisdicción, como permitir a las comunidades el juzgamiento de las contravenciones y reservar para la justicia ordinaria el de los delitos, siempre aplicando el Código Orgánico Integral Penal.

La Fiscalía debe esmerarse en procesar a los autores de los daños directos e indirectos causados por el cierre de carreteras, a los agresores que obligan al cierre de negocios para que sus dueños se unan al paro contra su voluntad; a quienes agredieron al presidente Noboa, a sus custodios y acompañantes, a los que retuvieron policías. El vandalismo no puede quedar impune. Si nadie resulta responsable, en el futuro tendremos más paros y conmoción civil. ¿Quién paga las pérdidas, daños y perjuicios causados por el paro y sus organizadores? ¿De qué viven los comuneros, cómo se sostienen, alguien les paga? El Gobierno no puede ceder. El diálogo es imposible cuando no hay voluntad.

Tener la vigésima primera Constitución no me molesta. Dicen que el modelo norteamericano de una sola Constitución desde 1787 debe ser la guía. No reparan en que ese ilustre documento tiene 27 enmiendas que lo adaptan a las necesidades y el progreso de los pueblos.

Reducir el número de legisladores a 73 es un tema de calidad. Esos pueden hacer un buen trabajo y dependerá de sus capacidades. En realidad, el pueblo elige con sus votos a quienes nos presentan como candidatos los partidos políticos. Sus dirigentes tienen una gran responsabilidad y esperamos que designe a personas sabias, con buenos conocimientos en derecho, finanzas y economía. Ojalá acierten para que la próxima sea una buena Constitución. (O)