Cuando escuché al profesor hablar del tiempo lógico, quedé absorta. Mis estudios de psicología evolutiva y del desarrollo se remitían a tiempos cronológicos. De modo que el instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir, tiempos lógicos, eran novedad. El inconsciente no entraba en parámetros lineales y medibles.

Los tres tiempos lógicos fueron utilizados por J. Lacan para mostrar cómo opera la subjetividad. El instante de ver es una especie de quiebre, una ruptura; algo llama la atención del sujeto, quien puede, o no, querer comprender lo que le sucede. El instante es “el presente que súbitamente toma un sentido, es la existencia misma súbitamente movilizada” (J. Beaufret).

La crisis multidimensional

El tiempo de comprender es de desciframiento sobre un acontecimiento, un transcurrir en que se elabora aquello que no se sabe que se sabe, lo que concierne a un inconsciente atemporal que duda sistemáticamente sobre lo que surgió en ese instante y que se resolverá en el momento de concluir, cual certidumbre anticipada.

¿Los tres tiempos lógicos maniobran la cultura política? Porque, ¿qué somos sino un conglomerado de sujetos? Pero ¿los políticos y ciudadanos deseamos comprender los acontecimientos y concluir en nuevas propuestas? El tiempo de comprender requiere debates e intercambios, para lo cual es vital la democracia.

Ecuador 2025-2030

Hace tiempo que escuchamos de la crisis del IESS y para comprenderla se conformó la Comisión de Reforma, la cual concluyó con propuestas de solución. Pablo Lucio Paredes ha sostenido, en entrevistas y en EL UNIVERSO, que en cuatro o cinco años empezaría la quiebra progresiva del sistema de pensiones, por lo que sugiere que constitucionalistas revisen el texto elaborado, se lo debata a gran escala y se presente un proyecto de ley a la Asamblea Nacional. Y pienso que este es un ejemplo en que un saber que no se sabe que se sabe cobra otro sentido porque nos implica (jubilados o aportantes); se empieza a comprender la evidencia que debe movilizar a la acción para poder concluir.

Si no se conforma un ‘nosotros político’ para decidir, previa discusión democrática, nos enfrentamos a un serio peligro...

Otro caso es la situación del SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores): revueltas, asesinatos, fugas, amenazas, controles, incautaciones, traslado de PPL. Un sistema criminal que no se altera y reincide como el sujeto del inconsciente y su repetición compulsiva (S. Freud). Y aquí no hay convocatoria a un foro ciudadano para comprender lo que sucede y concluir con políticas de Estado. ¿Cuáles son los planes en materia de seguridad? Narcotráfico, manejo de cárceles, reforma judicial, equipamiento de policía y FF. AA., control de fronteras, aduanas y puertos, operaciones de inteligencia.

El 15 de octubre tendremos el compromiso moral de elegir por quién votar. Pero antes, debemos comprender lo que vemos y experimentamos de estas crisis. Si no se conforma un ‘nosotros político’ para decidir, previa discusión democrática, nos enfrentamos a un serio peligro: “Cuanto mayor es el poder, más silenciosamente actúa. El poder sucede sin que se remita a sí mismo de forma ruidosa” (B.C. Han).

¿O es que todavía no sabemos que lo sabemos? (O)