En medio de las crecientes tensiones entre el presidente de EE. UU., Donald Trump, y el presidente colombiano, Gustavo Petro, este último mencionó que “ahora se exporta más droga desde Ecuador que de Colombia”, agregando que la cocaína “se está yendo por Manta”; días antes, Petro había señalado en la red social X que el “crecimiento de la violencia en la costa pacífica ecuatoriana tiene que ver con la dificultad de sacar cocaína por el Pacífico colombiano que ha logrado el Gobierno y nuestra fuerza pública”, agregando que “Colombia podría ayudar a Ecuador en estrangular la salida de cocaína por el Pacífico ecuatoriano”, para lo cual decía Petro que no se necesitaban misiles.

Lo que no señaló el presidente colombiano es que la mayor producción de hoja de coca en Colombia se encuentra cultivada en los departamentos y regiones fronterizos con el Ecuador, zona en la que el Gobierno colombiano ejerce casi nulo control, lo que facilita de forma directa el ingreso de la droga a nuestro país.

Hay otro dato que Petro prefiere omitir y que se refiere a la evolución de la producción de coca en Colombia, de lo cual ya se hizo eco la ONU hace pocos meses cuando se publicaba el Informe mundial sobre drogas, en el cual se determina que Colombia tenía un nuevo récord mundial de producción de cocaína, con un aumento del 53 % entre los años 2023 y 2024. Si Colombia concreta el 67 % el cultivo mundial de la hoja de coca y si el mayor porcentaje de la producción, transformada en cocaína, sale hacia el Ecuador, resulta sencillo comprender el impacto de la economía criminal del narcotráfico y otros delitos en nuestro país. Naturalmente es un tanto aventurado precisar cuántos miles de millones de dólares produce la economía narco, pero no hay que dudar que estamos ante la presencia del negocio ilícito más lucrativo en la historia reciente de la economía global.

Para tener una idea de la magnitud de la lucha contra el narcotráfico hay que tomar también en cuenta que el mercado global de la cocaína ha experimentado un crecimiento importante, convirtiéndose en la droga ilícita con mayor alza de consumo en el mercado. La cadena alemana DW mencionaba en un artículo titulado “El incomparable auge mundial de la cocaína”, que el consumo de la droga ha aumentado de forma significativa a nivel mundial y que es posible encontrar en los mercados donde se la distribuye cocaína más barata, pura y disponible.

La referencia del aumento de la demanda de cocaína trae consigo también una controversia respecto a la causa del auge de la droga, pues mientras unos dicen que el mercado está impulsado por la oferta, otros, en cambio, responsabilizan directamente a la demanda, variable que se adecúa de forma más precisa a la realidad de esta economía criminal.

Si a esto se suma el hecho de que la violencia desatada por las bandas criminales ha convertido al Ecuador en uno de los países más violentos del planeta, hay que admitir que el Estado ecuatoriano tiene que afrontar uno de los dilemas más graves de su historia republicana. Pero no lo duden, el origen de nuestro problema está en Colombia. (O)