El ataque violento que sufrió la caravana que integraba el vehículo en el que viajaba el presidente Daniel Noboa en el cantón El Tambo, provincia de Cañar, el martes 7 de octubre, ha generado una profunda preocupación y es necesario que se cumplan las diligentes y exhaustivas investigaciones para determinar si tal evento respondió o no a incitaciones de líderes indígenas que en días previos han promovido conductas de rebelión contra el Estado, enmascaradas de protestas sociales.

El ataque a la caravana es un asunto sumamente grave que afecta la estabilidad democrática del país y no puede quedar detrás un mensaje de impunidad. Se deben averiguar a fondo las circunstancias y ubicar a autores directos y mediatos. Es fundamental determinar las consecuencias legales para los responsables, dada la concurrencia real de posibles infracciones.

Según el Código Orgánico Integral Penal (art. 341), la tentativa de asesinato contra la o el presidente de la República o quien se halle ejerciendo esa función debe sancionarse con la pena privativa de libertad de diez a trece años.

El delito de terrorismo (art. 366) conlleva la pena de veintidós a veintiséis años, cuando –entre otras circunstancias, como las captadas en medios audiovisuales noticiosos– medien actos de violencia que, por su naturaleza, causen o puedan causar lesiones o constituyan un peligro para la seguridad de estos o sus ocupantes, en un transporte terrestre, a bordo de una aeronave o nave.

El parte policial de novedades, que difundió este Diario, dio cuenta de que antes de los lamentables actos, “al pasar por el sector del estadio, en un número aproximado de 600 a 700 personas, se manifestaron de manera violenta contra los servidores policiales y militares que se encontraban brindando la seguridad, por lo que se procedió a disuadirles, siendo así que se reagruparon junto al lecho del río Cañar, que les separaba del lugar del evento”, pero los comuneros se percataron del paso de la caravana “y salen desde el lecho del río en precipitada carrera hacia la E-35. Habían cerrado la vía con palos y piedras, habían emboscado la caravana presidencial y habían procedido a lanzar objetos y piedras que causan daños en los vehículos integrantes de la caravana. El señor presidente Daniel Noboa arribó al lugar del evento y posteriormente se retira hacia la ciudad de Cuenca por vía terrestre”.

En el mismo documento policial se detalla que los agresores utilizaron “voladores” y fueron detenidas varias personas “que se encontraban dentro de la multitud violenta que agredió con piedras, palos, voladores que fueron lanzados hacia el personal policial, producto de lo cual resulta con heridas el capitán Rodrigo Merchán, en su pierna derecha, con laceración por impacto con un objeto explosivo (cohete)”.

La Fiscalía General del Estado ha iniciado la investigación para determinar las circunstancias y responsabilidades del ataque. Debe garantizarse la imparcialidad y transparencia en el sumario para que se esclarezcan los hechos a plenitud y, en un debido proceso, se apliquen las sanciones a los autores. (O)