Este 15 de mayo se cumplió el primer año de trabajo del alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez. Y aprovechando su nombre y pensando en su aniversario, vamos a aquilatar su gestión pública haciendo un repaso narrativo no exhaustivo de su paso por el sillón de Olmedo.

Todo empezó un lunes a las 06:30. Pidió la renuncia a todos los directores de la Municipalidad de Guayaquil y comenzó la reorganización institucional interna. Me parece que esto ha sido el sello de este primer año. Rediseñar la institucionalidad del gobierno local mediante la creación, eliminación o fusión de las empresas públicas. Así surgió SEGURA EP, la cual me ha parecido una decisión interesante y es un eje importante de la gestión municipal actual mediante su plan con un énfasis en reconstrucción del tejido social. Interesante visión y concepto que contribuye al combate a la inseguridad desde las competencias locales.

‘No hemos podido ejecutar todo como hemos querido en el primer año, pero hemos avanzado’, dice Aquiles Alvarez, quien reconoció error en la comparación con Suiza

Semanas después de su posesión, a Aquiles se le salió lo conservador y quiso prohibir la marcha del Orgullo LGBTI. Primer strike. Tuvo que recular y llegar a un acuerdo, no sin antes develar una de sus facetas más criticables, que es su interacción chabacana a través de redes sociales con sus detractores y opositores. Muy al estilo de líder macho guayaco como sus alcaldes predecesores, cosa que ya parece algo endémico de los políticos costeños; y que, además, se manifiesta también en el verticalismo decisionista lo cual va en detrimento de los procesos de planificación y participación ciudadana.

¿Las grandes obras? No ha habido todavía, pero hay que ver qué pasa en los próximos años con la vía a Daular, la troncal 4 de la Metrovía, la ejecución del proyecto de agua potable y alcantarillado para el noroeste de Guayaquil, el transporte fluvial prometido. ¿Y las pequeñas obras? Se puede decir que este ha sido el énfasis durante este primer año, reactivando el bacheo de calles, mantenimiento de áreas verdes (tratamiento de cochinilla) y de parques (transferencia de Parque Samanes), limpieza de drenaje pluvial. ¿Otras acciones interesantes? Los corredores comerciales para regularizar a los minoristas y la creación de las áreas de gestión administrativa.

¡Ándate a Suiza!

¿Las grandes deudas? Cultura, participación y movilidad. Si bien me parecen interesantes las iniciativas de llevar cultura a los mercados y algunos otros espacios públicos, no se ve una política clara de arte y cultura, tanto así que se creó y eliminó una empresa pública relacionada en menos de un año. Respecto a la participación ciudadana, no ha cambiado mucho en relación con los gobiernos anteriores; si bien se hizo una pequeña reforma para el uso de la Silla Vacía y la transparencia en relación con el Concejo Municipal ha mejorado, los procesos participativos de planificación y presupuestación han sido simulacros simbólicos y superficiales.

¿Qué se puede esperar en este segundo año de gestión? La implementación de los planes de seguridad integral, de movilidad urbana, de desarrollo y ordenamiento territorial. Ya acabó el tiempo de la reorganización institucional y planeación; toca ejecutar.

¿Y usted, cómo aquilata a Aquiles? (O)