La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair -aun con todos sus peros- es un prodigio de la ingeniería. No digo que sea la obra perfecta, pero dejando a un lado los trapos sucios bien podría ser única en el mundo.

Generación hidroeléctrica en Ecuador vuelve a niveles del 91 % por condiciones climáticas

Las hidroeléctricas son criticadas por los ambientalistas porque represan los ríos y sus embalses afectan a la naturaleza. A ese paso pronto nos alumbraremos con velas porque los ecuatorianos no estamos en capacidad de pagar energías como las eólicas o las fotovoltaicas por muy limpias que sean. Las termoeléctricas son otra historia y deberían desaparecer.

Coca Codo Sinclair es una hidroeléctrica diferente. No tiene el típico embalse como la represa de Paute o Daule-Peripa, ni como la presa Hoover en los Estados Unidos o la presa de las Tres Gargantas en China. Su captación es “a filo de agua” con una estructura de derivación y desarenado, sin el gran espejo de agua. Por eso el ministro de Energía anterior dijo que la presa se parecía a la laguna del parque La Alameda y que no produciría 1.500 MW.

Publicidad

Para enfrentar los estiajes deberían reforzar a Coca Codo (...) construyendo una presa de regulación aguas arriba...

Coca Codo Sinclair toma el agua del río Coca y la conduce hasta el embalse Compensador a través de un túnel de 8,20 metros de diámetro y 24,83 kilómetros de longitud, más largo que el túnel del Metro de Quito (22,6 km).

Desde el embalse Compensador salen 2 tuberías de presión que alimentan las turbinas en la casa de máquinas; tienen 5,80 metros de diámetro, recorren 1.500 metros en horizontal y caen una altura de 620 metros, cuatro y media veces la altura del edificio The Point (137 metros), el más alto del Ecuador.

No habrá apagones hasta el 15 de enero del 2024 por mejora climática y ‘manejo eficiente’

Para enfrentar los estiajes deberían reforzar a Coca Codo Sinclair construyendo una presa de regulación aguas arriba como Mazar en Paute. Hay recelo porque la zona es de alto riesgo sísmico, aunque ahí están las centrales Agoyán, San Francisco, Manduriacu y los grandes edificios de Guayaquil y Quito. (O)

Publicidad

Carlos Hernández Bravo, ingeniero civil, Guayaquil