Todos los años subirá el SBU, salario básico unificado. Se cree que poco efecto tiene en la inflación, pero resulta que es un patrón para trámites, multas, o sea, para costos del diario acontecer. Esto resulta en que cada vez que el patrón SBU sube, sube el costo de vida para quienes no ven sus ingresos crecer, salvo que estén bajo ese mismo patrón, lo que sucede en pocos casos, usualmente asociados a nuestras lamentables instituciones públicas. Multas de tránsito en SBU. Costos notariales en SBU. Tasas y demás en SBU.

Es de recordar que mucha gente hasta el 2014, último año de bonanza petrolera que permitió a su vez un derroche crediticio, percibía equis sueldo, el cual en muchas empresas quedó congelado por el continuo descenso de las actividades económicas. Personas han preferido optar por el emprendimiento, muchas veces en precariedad o informalidad, descendiendo a su vez los aportes al seguro social. La rebaja de empleos no calificados ha fortalecido al otro sector informal, la evasora que está compuesta del comercio y la industria informal, el sector agrícola, así como quienes se dedican a la explotación informal de fuentes naturales por los llamados “artesanales” que no pagan ni una bicoca al Estado. Estos emplean a los millones de desesperados sin ningún tipo de cobertura ni beneficio social, amparados por los ejércitos de funcionarios que solo saltan en casos de escándalo. Dejar a un lado el patrón SBU, será una labor titánica para quienes redactan las leyes y los demás cuerpos donde se encuentra la miríada de tasas que los ciudadanos pagan a todo nivel estatal; aunque realmente no hay que esperanzarse mucho de una Asamblea ocupada en pugnas y repartos de poder. (O)

Roberto Francisco Castro Vizueta, abogado, Guayaquil