Anunció el Consejo Nacional Electoral (CNE) que el domingo 20 de agosto próximo se realizarían las elecciones de presidente de Ecuador y de asambleístas. Y en caso de darse una segunda vuelta electoral, esta sería el domingo 15 de octubre de 2023.


A gran parte del pueblo se le escucha decir que ama al Ecuador, pero qué alejada de la realidad se encuentra esta nación que en cada elección es amada por pocos y destruida por muchos; sin embargo, con la gracia de Dios, sale adelante.

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Políticos dicen amar al país, pero se regocijan de lo que hacen creando caos para que les vaya mal a sus contrincantes, sin razonar que el mal se lo hacen al país y pueblo. Crean e interpretan leyes a su medida, no les importa el bien común, solo su bien y de sus mentores. Hemos visto funciones legislativas que en muchos gobiernos de turno sus respectivos miembros se llenaron la boca diciendo que eran la primera función del Estado, pero violando leyes que ellos mismos crearon, ignorando que ser servidor público tiene una oportunidad que Dios les otorgó para hacer el bien al país, aún más a los desvalidos. Existen políticos amadores de dineros mal habidos, se creen dueños de la verdad, que solo sus interpretaciones y posturas son las correctas. Falta humildad, se cree haber tocado ‘la gloria’ con un cargo público.

También existe una población a la que en su mayoría no le interesa su bienestar entregando sus votos a personas que por obra de la corrupción no están aún presas; o a personas que son ‘útiles’ a los patronos de partidos, que los ponen para que aspiren a cargos del Estado, no sabiendo qué deben hacer ni decir, y en los discursos se llenan de ego, pero el desconocimiento de la problemática del país les sigue acompañando y proclaman que por ley ellos deben obtener un porcentaje de coima por cada contrato que firmen; o dicen al pueblo que, si van a robar, roben bien. Tan bajo están los valores que en política hay acusados de violación, acaparar tierras, delitos. Recapacitemos. Dios nos dará una nueva oportunidad de elegir a hombres y mujeres que teman a Dios. (O)

Francisco René Alcívar Villegas, contador, Daule