Como abogado litigante es importante enfatizar en la importancia del derecho a la defensa que tienen todas las personas, el cual se encuentra consagrado en nuestra Constitución, así como en varios instrumentos de derechos humanos ratificados por nuestro país. Es una garantía básica de toda sociedad que quiera llamarse civilizada.

Es hora de ayudar, no de criticar

Así mismo, como a muchos colegas, los casos Metástasis o Purga poco asombro nos dieron, puesto que el proceder dentro de la Corte Provincial del Guayas siempre fue “dudoso”, por no dar otro tipo de calificativo; sin embargo, tuvieron un gran impacto en la sociedad ecuatoriana, al mostrarse un supuesto entramado de las autoridades judiciales con elementos narcodelictivos, personas del medio televisivo y hasta un conocido vendedor de sánduches.

Los chats revelados por la Fiscalía General del Estado no han sido desmentidos por nadie, puesto que los mismos gozan de una veracidad incómoda para muchos de los involucrados. Entre ellos se pudieron notar varias conversaciones de carácter rutinario, en las que se pueden evidenciar las actividades “sospechosas” de varias personas.

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Salazar vs. Salazar

Admito no ser un abogado penalista, también admito que me causó una gran impresión que durante el testimonio anticipado del pasado jueves 28 de marzo exista un inspirado contrainterrogatorio por parte de la defensa técnica de uno de los involucrados, quien dicho sea de paso se encuentra vinculado en varios procesos más.

La culpabilidad es una condición que debe ser declarada, como fiel y ávido creyente del derecho lo comprendo, pero ¿acaso no hemos visto suficiente para saber cuando una persona no está en “buenos pasos”?, ¿debemos en pro de nuestros intereses –profesionales o económicos– como abogados ayudar a lograr impunidad sobre actos delictivos?, ¿hay que sentirse orgulloso como profesional de aplicar técnicas cuestionables para absolver a nuestros clientes?

Caso Metástasis: una computadora y un celular entrega el exasesor de Wilman Terán a Fiscalía y pide seguridad ya que su ‘cabeza tiene precio’

Son varias interrogantes que se me presentan, pero debemos ser los abogados los primeros en hacer un mea culpa sobre esta situación a la que hemos permitido llegar, puesto que la cultura de la corrupción está irremediablemente irrigada a demasiados aspectos de esta noble profesión. Yo me pregunto: ¿acaso el honorario ganado vale lo suficiente para lograr la libertad de una persona peligrosa? En lo personal, diría que no, eso es un “pan para hoy, bala para mañana”.

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Creería que como abogados debemos sopesar la idea de una vida en paz, para nosotros y todos nuestros familiares antes de vender nuestra alma por dejar en libertad a una persona que mañana pueda ser la que robe o mate a un inocente porque nuestra “técnica” y “sabiduría” dejó en libertad a un culpable.

Acerca de la fiscal general

Los abogados tenemos una responsabilidad gigantesca sobre el estado de una sociedad, y el resultado es este estado de inseguridad, al que hemos llegado gracias a varias maniobras jurídicas, abogados orgullosos de liberar culpables y varios casos más. Es tiempo de reflexionar y tratar de dar un giro a esta tétrica historia. (O)

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Carlos Torres Mata, abogado, Guayaquil